Una noche

Carmen despidió, a su novel marido en el aeropuerto, no pudieron hacer la clásica luna de miel.El era un hombre, muy renombrado y le exigieron de su trabajo, presentarse en el otro extremo del mundo.

Ella le sostuvo la mano y con un pañuelo se secó un par de lágrimas. Y cuando despegó el avión, ya había llamado una amiga para salir y distraerse de tanta aflicción. No quería quedarse en la casa del lago sola.

En un recinto cercano tocaban jazz, ella era amante de esa música desde jovencita. Así que un clarinetista, le llamó la atención y luego de la función , el músico la invitó a tomar una copa a su mesa. Se oía de lejos el murmullo áspero de gente, algo ebria y que hablaba fuerte y otras risas descontrolaban aún más a Carmen, que por debajo de la mesa, él le tocaba la entrepierna. Ella estaba un poco confundida, le gustaba, mas a su vez pensaba si estaba bien o no responder ante tal insinuación. Al cabo de un rato, sin muchas palabras, se fueron al hotel, donde se alojaba el músico.

El le comentó que tenía un contrato por poco tiempo y que luego salía de gira con su grupo.

Sin embargo, quería volverla a ver cuando regresara. Carmen no le dijo que hacía poco usaba alianza, es decir nunca se la puso, ni tampoco hablaron de eso con su marido, quizás dieron por sobreentendido, que ninguno estaba dispuesto a llevarla. Fue entonces que la noche se tiño de rojos, violetas y morados.La pasión, casi de frenesí donde Jhony le sacó todas las notas musicales a Carmen.