Mandamientos del amor

El primer mandamiento del amor eres tú, tú, que con ese corazón revolucionas corazones, tú, la del alma urgente al deseo de mis manos. Le sigue segundo tu alma refulgente la misma vida que se levanta del polvo de otras tantas muertes. Tú, la del alma refulgente, la misma mariposa que clava sus larbas al alma mia. Tercero están tus ojos, hay de tus ojos mariposa blanca, hay tanta cosa que quiero contarte, levanta mi pluma un tendal de estrellas, tus ojos tienen rÍos y son profundos, son como libros que nunca llegan al puerto, son virgenes poemas que entonan infinito. Cuarto están tus manos, que decir de tus manos, las mismas esas, esas que dejan un surco inolvidable, las que me desmayan y por si fuera poco me vuelven a la vida, son tus manos un párrafo aparte del mundo. Quinto están tus piernas, las mismas alas que caminan las calles, que embelezo capullo, mi mirada de fuego te recorre, la misma senda al principio de mi existencia. Sexto, tu cintura de guitarra, colibri en la flor de las pupilas. El septimo mandamiento es tu piel, hay un carbón luminoso que no acaba, hay un imán que enloquese al cuerpo mio, quiero oler tu piel, morirme en ella, que me deguelle las historias, que me desnuden las vidas. Octavo es tu sonrisa, un embrujo de perlas, el corazón obligado en mi descanzo, el abrazo perfecto, la felicidad intacta e invorrable. Noveno tus entraÑas, las tripas que exploro, las luces donde vivo, y en último lugar tu espÍritu infinito, la voluntad que me amarra, me apreta fuerte, como para nunca perderme...