EL COCHE

                                     

 

En el coche imaginario de mi vida, mirando por la ventana, guardaba todo en mi mente como  conseguía, pues iba con velocidad, no sé quién era el conductor, si mi destino, si mi tiempo. Todo pasaba rápido y quedaba atrás. Paisajes  distintas, unas me hacían sonreír, otras me entristecían, en medio de sol y sombras, el coche de la vida era el único, en la carretera de mi vida, que desaparecía, mal  pasaba. Solo recuerdos de lo que había visto por la ventana, atrás nada quedaba, solo una niebla densa, el vacío del nada oh del todo, no lo sé.

Sigo aun por la carretera, con el mismo conductor, paisajes distintos, sentimientos olvidados, en la juventud, que renacen, de otra forma, más suaves y al mismo tiempo más fuertes. Sé que la carretera terminará. Por eso por la ventanilla con más atención, me esfuerzo para no perder detalle.

Mi coche no tiene color, ni neumáticos, no tiene nada, solo un conductor, que aún no sé su nombre.

Palabras, son palabras y nada más, cosas sin importancia en la inmensidad de la vida en su todo.

Cómoda en mi coche, serena, sigo. Sé que soy beneficiada en muchas cosas. Pocos tienen tanto como yo.

De verdad, en mi edad, es raro, ser querida, tener unos ojos llenos de cariño, velando por mi bien estar. Correr, bailar, pasear, ir al cine, hacer viajes, siempre con una mano cogiendo la mía.  Cómplices en la juerga, en los comentarios, mirar la nieve en mi casita caliente, ver llover sin mojarme, sin horas fijas, al sabor de mi voluntad.

¿Por qué  tengo que agobiarme  con los demás? Que vivan y dejen vivir, si hablan mal por detrás, es señal que mi cara la respectan.

Querer es poder, yo quiero por eso puedo. Ser feliz, libre, vieja niña, siempre. Nunca pensar que no debo  coger lo bueno que la vida me regala. Mientras mi corazón mueva mi pecho, bombeando la sangre, viviré y disfrutaré de poder sentir algo por alguien, sea amor, cariño oh amistad.

Lo que ha quedado en la carretera cubierto por la niebla, como la juventud física, no importa, si la tengo en mi interior.

¡Cuánto desearía que todos fueran como yo!   Festejar el cumpleaños siempre, pero no pensar cuantos años se hace. Esa lo que menos importa, Invenciones del hombre, somos lo que somos y nada más. Me gusta ser así. Me gusta  el coche de mi vida, deseo que mi carretera sea larga y que nunca me falte el cariño de unos ojos que velan por mí y se ha subido a mi coche.

Oporto  16 de Mayo de 2013

Carminha Nieves