La llave de tu alma

caryprincess

En un caluroso día de verano, donde el sol enardecía hasta la más gruesa de las pieles, fue cuando cegada por el reflejo de sus impetuosos rayos te vi sentado en aquella banca, tan apacible, tan sereno, como si nada en este mundo te preocupara, únicamente que el sol no dejara de brillar para ti, pues se veía que disfrutabas de aquellos rayos tan penetrantes.

Tu piel estaba algo roja, y de un delicioso color carmesí, por la larga exposición, seguro llevabas ahí buen rato, pensando, hundido en lo más profundo de tu ser… y yo solo me limitaba a contemplarte, a admirarte. Me perdía por segundos en aquellos maravillosos ojos, me preguntaba ¿si así eran de brillantes? O era culpa de aquel astro gigante que los hacía relucir de una manera tan increíble. Aquella piel tuya sonrojada me parecía maravillosa, en especial tus mejillas, te hacían lucir mas joven y lleno de vida. Sonreías de vez en cuando, sólo frunciendo los labios, de una manera muy peculiar; y en un segundo tu semblante cambiaba y te notaba triste, al punto del llanto, te contenías, volvías a sonreír.

Te observaba con miedo a que te dieras cuenta, me perdía en aquellos ojos tan hermosos, me preguntaba cuáles serían tus pensamientos, ¿qué te hacía sonreír?, ¿Qué te hacía entristecer? Y sin previo aviso, me enamoré de ti.

Sentí que ya te había observado demasiado tiempo, y te podrías dar cuenta, así que me levante de donde estaba, y caminé tratando de no voltear a verte, esperando algún día, volver a toparme con esos ojos, y susurrarte en tu oído izquierdo, con la esperanza de que tu corazón escuche, digo susurrarte un tierno “te quiero” y un sincero “se mío algún día, por favor”.

De pronto me vi recostada en mi cama, el día pasó sin aviso alguno, me había hundido tanto en mis pensamientos que ni cuenta me di cuando ya estaba  a punto de dormir. Cerré los ojos y pensé en ti, mucho, con todas mis fuerzas y una ligera nostalgia oprimió mi pecho por un instante, era una pregunta, tenía una pregunta en mi cabeza y no sabía la respuesta, sabes, odio no saber las respuestas a las cosas, puede torturarme tanto que me siento volver loca. Esa pregunta era tu nombre, ¿Cuál sería tu nombre amor mio?

No podía ni moverme por el cansancio, y justo en ese momento en que estas a punto de dormir, justo en ese instante que sientes que levitas hacia el infinito, un ángel se acercó a mi, tanto que pude sentir su cálido aliento en mi oído y solo dijo una palabra, Tu Nombre…

Aunque ya era demasiado tarde, aquello había hecho efecto en mi, mi respiración se aceleró por un momento, mi cuerpo… sentía como temblaba y que mi corazón se salía de mi pecho, me tome el pulso, apenas y era perceptible, supe que era el momento, así que apreté los ojos con mucha fuerza e imagine mi vida perfecta, lo que para mi sería perfecto, imagine un guerrero y un angelito, de ese modo no sentí temor… era natural sentirlo, pues en ese momento mi corazón dejo de latir.

Mi viaje había comenzado, hacia el séptimo de los infiernos, en la torre más alta, donde el rey de reyes posee aquella llave que me propuse arrebatarle.  

  • Autor: caryprincess (Offline Offline)
  • Publicado: 6 de mayo de 2013 a las 13:12
  • Comentario del autor sobre el poema: Este no es un poema, sólo un pequeño cuento...
  • Categoría: Cuento
  • Lecturas: 94
  • Usuario favorito de este poema: Javath.
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Comentarios1

  • Javath

    Tus letras se pintaron del color más oscuros de los Avernos. Esos detalles de un amor, me hicieron tocar las puertas del Cielo y luego me arrastraron al Hades...
    Gracias por lo escrito.

    • caryprincess

      Me has dejado sin palabras con tus comentarios. Me quitaste el aliento, debo decir. Mil Gracias a ti por tomarte la molestia de leerlo. Es un gusto que lo hayas disfrutado.

      • Javath

        El gusto es mío.
        Me encató, Saludos y gracias por escribir y sentir así...
        Saludos.



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