La palabra se amordaza
dividiendo en silencios
el sendero descrito
sobre el cuerpo del placer.
Atesorantes gemidos
que descubren sus dientes
en la oscuridad de una cama.
Es el lugar de los olvidos,
inspiación de las manos
mientras el alma se quiebra
ansiando la muerte.
Toda la locura
condensada en un minuto
ya nunca irrepetible.
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Autor:
jaimen apolinar (
Offline) - Publicado: 30 de abril de 2013 a las 18:02
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 97
- Usuarios favoritos de este poema: Jef, Sara (Bar literario).
Offline)
Comentarios1
"mientras el alma se quiebra"... ¡muy muy bueno!
Saludos
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