Con los ojos inmóviles

¡Ahí está!
petrificado
tieso e inerte
con los párpados caídos
con los ojos inmóviles
que no verán más tu retrato
con la boca cubierta para que no
salga jamás tu nombre.

Escucha los lamentos
y quejidos desgarrantes
de aquel que lo cree eterno
ese que lo toca
aunque sabe que por sí solo no
podrá darle vida.

¡Él ya no respira!
aparenta estar muerto;
aún así
se resiste a abandonar el cuerpo
del que ha sido único huésped
durante 5 eneros y 5 septiembres.

Está a la espera de su soplo de vida
que es tu respiración;
su sorbo de inmortalidad la tomará de tus labios
y solo tu voz gritando su nombre
lo levantará de su lecho.

Tú podrás tomarlo de la mano
y llevarlo contigo
porque él no quiere tan solo estar vivo...
¡Quiere vivir!

WBelDe
(Derechos Reservados)