Natalicio

Oscar Perez

Natalicio

 

Y claro que nací, por eso muero,

por eso es que perdí cien mil batallas,

por eso me celebro en aquel día

en que mi madre tuvo un hijo con mi piel y mis orejas.

Recuerdo el lago verde al otro lado de la vida,

allá donde la gloria no importaba demasiado,

ni la fortuna ni las metas del que no entiende que no hay nada

después de aquel después en que se nace para amarnos.

Y claro que lloré, no me dejaron tomar nada,

ni la eterna libertad en aquel ánfora de sangre,

ni la sutil indecisión ante las puertas del concurso,

debí nacer, chorrear mi llanto, amamantarme,

patalear entre los brazos de una enfermera sin aureola,

de algún doctor sin sindicato, de un par de padres alelados.

Yo los miré con mi mejor sabor a  cielo,

yo de inmediato me arrugué entre sus caricias portentosas,

supe que amar era verdad para esos seres

que, decididos o no tanto, me convocaron por la noche a cada estrella.

 

http://fuerteyfeliz.bligoo.cl/

 

07 04 13

  • Autor: Óscar Pérez (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 7 de abril de 2013 a las 08:47
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 297
  • Usuario favorito de este poema: El Hombre de la Rosa.
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Comentarios1

  • El Hombre de la Rosa

    Una hermosa genialidad tu bello poema amigo Óscar
    Saludos de amistad

    • Oscar Perez

      Mis saludos y respetos, querido amigo, un abrazo y buen domingo para ti.-



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