Te extrañé

Octavio Régulus


Corrí con piernas de saeta muerta,
espinas de agua se posaron
entre mis ojos y los tuyos,
me desvanecí entre arbustos grises.
Buscando,
buscandote.


Con la mirada perdida...
Cautiva en un mundo ajeno
soñaba, imaginaba, recordaba...
¡Anhelaba respirar de nuevo!
Y aunque el cielo solo contemplaba
callado mi dolor...
Su silencio me decía que sus estrellas
todavía nos alumbraban a los dos...


Un muerto, un muerto errante
entre flores del pasado, flores
bellas que eran una ilusión extinta.
Pero llegó el céfiro divino,
un trino,
tú.


Suplicante miraba el horizonte...
Sin mirar nada, solo pensando...
Solo anhelando que un día
de nuevo tus versos escritos en pétalos
comenzaran a llegar de nuevo...


Mi corazón se tiñó de escarlata superlativo.
Y un cuervo se posó sobre
mi retrato con palabras
que cortan
a solas.


Mi ansiedad se congelo en tu ausencia,
y es que fue tan terrible soportar tu distancia...
Que me congele de indiferencia ante lo humano,
ya que sin ti no solo perdía un amor...
Me hacía mucha falta mi amigo,
y mi hermano...


Tu silueta golpeaba mis pasos,
el cuervo perdía plumas,
me despojé de una
cruz gélida.
Corrí sobre pasos nuevos...


Te extrañé con demasía...
No lo dudes ni un segundo,
no soy quien para juzgarte...
no soy nadie para odiarte...
Y aunque fueron días de penumbra
y de duda...
Nunca dudes que esta loca...
¡Te Ama sin censura!


Y volviste sobre el carruaje de Helios.
Levantaste mi rostro del suelo en un momento.
Ya mis pies no son de roble.
Y de nuevo estoy aquí,
junto a ti
para ti,
por ti,
siempre así.


Y agradezco cada día oscuro...
Cada tormenta, cada lágrima...
Porque solamente después
de todo mi dolor e incertidumbre...
Llegas tu a poner mis pensamientos
en completo orden...

Llevate gratis una Antología Poética ↓

Recibe el ebook en segundos 50 poemas de 50 poetas distintos Novedades semanales


Comentarios2



Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.