No estoy muerto, estoy soñando con el amor de mi vida.

JOED MOSI

A mas un mes, le dijo el hombre de bata blanca, no necesitare maletas para este viaje –se dijo para sus adentros- preparo su despedida, cuidando que nadie se percatara que decía adiós.

Recorrió a solas los lugares donde dejo sentimientos, su olfato degusto los perfumes del amor, de la amistad, del atardecer y de todos aquellos paisajes a los que él le asocio un olor.

 

Tres días antes del fin del mes, tomo la pluma y se guardo unas hojas, salió a la calle sin rumbo, quería palpar la magia de vivir sin prisa, aun que la tenía, paro frente a la funeraria más vieja de aquella ciudad, pidió el paquete fúnebre más económico, pago y se marcho sin despedirse, sabía que regresaría pronto.

 

Al caer la tarde, acudió a la mesa del rincón del café que frecuentaba cuando solía vivir sin planes. Pidió lo de siempre, saco las hojas dobladas y posó la pluma a la espera de la inspiración, después de dos horas, las hojas seguían en blanco. Resignado dejo un billete de cincuenta y se marcho, prefirió la azotea que la cama y durmió al abrigo de una noche estrellada.

 

Despertó con los primeros rayos del sol, desayuno en casa, volvió a sacar las hojas y de nuevo posó la pluma sobre ellas a la espera de la inspiración, que no llego, tomo su novela favorita y decidió pasar la tarde leyendo por última vez la historia de Harry Hallen. Cansado descubrió que la noche había llegado, se aseo, comió algo y se fue a la cama con hojas y pluma.

 

Casi a punto de resignarse a partir sin dejar letras póstumas, se paró de pronto, fue a la mesa y empezó a escribir, busco más hojas y las horas pasaban y la pluma se gastaba. Después de que el día anunciara su llegada, tomo sus letras, se acostó abrazándolas y se quedo dormido para no despertar jamás.

 

Cuando lo encontraron, dicen que en su rostro se veía una sonrisa de esperanza, los que descubrieron sus letras, dicen que era una invitación para alguna mujer y que decía:

 

               “Nos vemos, no quiero llegar tarde a nuestra cita y como tengo planeado varios detalles para sorprenderte, me iré a prepararlos para cuando tu llegues, te espero donde acostumbramos soñarnos, Te amo oníricamente.”


La carta desapareció, nunca se supo si llego a su destinataria, el funeral fue de lo más modesto, tal como él lo había querido. Pero su epitafio fue de lo más raro, ni fecha de nacimiento, ni nombre solo estas líneas:


No estoy muerto, estoy soñando con el amor de mi vida.”


Y de cuando en cuando, acudo al lugar donde el duerme, esperando a que despierte o a que se llegue la hora de volver a vernos, la carta se perdió entre los tramites de defunción y tanta burocracia, pero no es necesario apuntar la fecha, ni el lugar cuando se lleva en el corazón.

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Comentarios1

  • El Hombre de la Rosa

    Entre las preciadas estrofas de tu hermosa prosa, porque tus escritos vierten un bello aroma de rimas en las bellas letras de tu genial cuento amigo Joed Mosi
    Saludos de amistad
    Críspulo




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