Hoy (fragmento).

Jueves 5 de mayo 2005.

Hoy te vi una vez más, sabía que no podía hacer mas que resignarme a que no estés a mi lado, puerto aun así te vi, desfilaste, todos te vieron, pero no como lo hice yo:

No comprendo que es lo que me hace verte así, si todo lo que hago es por ti, por ti me la paso despierto toda la noche pensando en lo que se oculta dentro de tus sentimientos y que tal vez yo no conozca nunca, pero este día te vi listo para tu desfile, tan impecablemente vestido, que parecías un muñeco de aparador, de esos que solamente se ven en las grandes tiendas de ropa.

Tu camisa impecablemente blanca, con unas líneas que parecían bellos caminos rectos que cruzaban por tu pecho, y que ligeramente se perdían por tu abdomen plano, al entrar en tu pantalón, donde el cinturón negro la hacia mantenerse en forma recatada y algo tensa, cual prisionera  pura y sin culpa que se opone al cautiverio, y que por tu espalda ancha y fuerte parecían dibujar aquellos caminos que solo un alpinista sabe abrirse entre la virginal y blanca nieve.

Tu pantalón azul marino, bien planchado que resguardaba tus piernas, como si fueran el mar azul que se junta con la arena blanca y tersa de tu piel, que juntos forman un paraíso dentro del que yo he edificado mis fantasías mas románticas, de un azul obscuro, que al bajar hasta llegar a tus zapatos negros, limpios y obscuros, como la soledad en que me encuentro cuando no me das la luz de tus ojos, los cuales se encargarían de guarte en tu paso hasta donde yo me encuentro, me hicieron pensar que en tu piel se pudiera reflejar la luz de una luna clara y limpia que espero ver algún día en tus ojos, dejando ver que dentro de ellos se encuentra algo mas que hermoso que hay que atesorar de una forma tal, como si fuera algo de tanto valor que vale la pena proteger hasta con la misma vida.