SACRO AMOR, TE HAS CORROMPIDO

Ostoatl Texotli (Zorro Azul)

¿Señor, porque me has dado este corazón?

Quisiera saber el por que me diste la oportunidad de vivir estas cosas por las que estoy pasando, el por que delante de mi corazón pones esta figura tan hermosa que me hace bajar la guardia y doblegar el orgullo: este hombre de tan noble corazón que es para mi la vida, es tan hermoso contemplar sus ojos que son tan dulces y claros como la miel, que guardan los enigmas de un hombre que tiene en sí, todo un universo de amor y que se resiste a compartir a cada momento conmigo.


No se por qué señor me has dado este sentimiento, que me hace sentirme mal conmigo mismo por no poder amar a las mujeres como lo hacen los demás hombres.


Pero tu señor me has dado la oportunidad de ver entre la viril forma de un hombre, mi refugio, mi fortaleza, mi esperanza, la seguridad de sentirme amado y saber que puedo amar a alguien mas.


No quiero sentirme mujer, por que sé muy bien que jamás lo seré y que jamás podré llegar a igualarme con una de esas creaturas tan divinas y sinceras a las que admiro y reconozco, aquellas divinas mujeres que son capaces de guardar en sus entrañas el misterio tan insondable de la vida, la esperanza de la humanidad en cada una de ellas y el mejor y mas puro de los instintos en cada corazón femenino.


Pero a mi, me permites amar la ternura salvaje de cada hombre que pisa la faz de esta tierra en la que vivo y muero por no tener cerca de mi al hombre al que amo, aquel que es para mi el sol que ilumina cada mañana, el dulce frescor de cada atardecer y la paz de cada una de mis profundas noches de sueño pensando en sus rojos y varoniles labios uniéndose a los míos y dejándome llevar por sus brazos fuertes y protectores en los que puedo dormir, cual pequeño de meses que se abandona en el regazo de su amorosa madre.


Jesús, no se por qué tú siendo Dios, permites que mi corazón lo ame y se ahogue cada noche en este mar de llanto que a veces me quita el sueño y me mantiene despierto para seguir pensando el él, en su amor, el cual solo tú señor sabes si algún día será para mi.


Si amarlo a él, es algo muy malo para ti señor, entonces permíteme pedir perdón de todo corazón, y lamento no poder decirte señor que me arrepiento de amarlo, por que este amor que tengo por él es mas grande que mi propio pecado y por favor señor que el mismo amor que tengo sea un “perdóname señor” y que la misma intensidad de este amor que siento por él sea un “TE AMO”, que dure lo mismo que durará mi castigo por amarlo, allá en la vida eterna.

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