UN POCO DE SOL PARA TODOS

carminha nieves

                                   

 

El sol rompía tras las montañas oscuras, iluminándolas de colores dorados. Era un nuevo día a empezar. Desconocido, lo que pasaría  solo al final lo sabrían, la vida en medio de la vegetación empezó a despertar.

Muy abajo una villa, brillaba a nacos  con los rayos de sol, mezcla de sombras e luz. Se abrían de espacio las ventanas, pero muchos ya se habían marchado aun noche a sus empleos. Otros se estaban a acostar, después de trabajar toda la noche. El sol nasce para todos, pero ni todos lo pueden apreciar. Como la vida, todos la viven, pero de maneras distintas.

Los mineros, como zoos fueran, en las entrañas de la tierra, sudados oscuros de polvo, no sienten el calor del sol.

Otros tuestan bajo su calor haciendo carreteras, respirando el olor del alquitrán. Espaldas desnudas, manos  encallecidas, tragan su propio sudor.

 Madres sin dormir por su niño llorar por la noche, empiezan a trabajar sin sueldo, sin horas para descansar, en sus casas.

Muchos hacen que trabajan, sentados delante de un ordenador es lo único que hacen es teclear, sin responsabilidad alguna en las ciudades. Mezcla de contradicciones, la vida  castiga a unos e regala a otros, pereza e  comodidad.

Agua cristalina, baja de las montañas, ni todos beberán de ella, en desiertos, ni agua barrosa  tienen para beber.

Contrastes, tela borrosa sin significado, sin pincel, ni pintor. El sol continúa su caminada indiferente ajeno a todo, la villa empieza de nuevo a tener sombras,  caras cansadas, brazos caídos, cansados, pies arrastrándose, deseando llegar a casa, para descansar.

Los niños, juegan, en sus patios o en la calle, la escuela ya los ha dejado libres para ser niños. Coches llegan por la pequeña carretera, tractores, camionetas, llenas de polvo, con trabajadores que salieran de madrugada. Así pasan años tras año  besando las bases de los montes.

Vienen algunos pastores con sus rebaños, ha terminado más un día. No para todos. Las mujeres continúan en sus labores, nunca dan por terminado el trabajo, mismo si no se acostaran. No tienen sueldo, no tienen derecho a quejarse de su cansancio. No tienen nada a no ser trabajo y más trabajo.  Y el sol que en principio seria e debería ser para todos, se marcha, dejando un manto de color rojo e gris, se encienden  luces, en las ventanas, olor a sofritos, olor a comida, hora de recoger a casa. Más un día, más otros vendrán, iguales para gentes aisladas de las grandes ciudades.  Gente que es la verdadera, sabia, mismo que no sepa leer ni escribir. Los respecto, ador estar con ellos, tienen la  savia de la vida en sus venas, sean mineros, albañiles, agricultores, o mujeres que no sienten como sufren, no tienen tiempo para eso.

Oporto 1 de Marzo de 2013

Carminha Nieves

  • Autor: secreet50 (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 1 de marzo de 2013 a las 09:40
  • Categoría: Reflexión
  • Lecturas: 94
  • Usuario favorito de este poema: Héctor(micorazón).
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Comentarios1

  • Héctor(micorazón)

    Ecl 1:14 Miré todas las obras que se hacen debajo del sol; y he aquí, todo ello es vanidad y aflicción de espíritu. . .
    una heromosa reflexión mi querida amiga
    simpre un gusto disfriutar de sus letras
    un abrazo y
    bendiciones.
    que pase un excelente fin de semana.

    • carminha nieves

      Gracias Hector, por tu comentario e deseo que tenga un fin de semana bueno, para ti todo lo que deseas sea realidad.
      Un abrazo con amistad
      Carminha Nieves



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