DEVOCIÓN

rodulfogonzalez

 

            Desde que llegaste a mi humilde covacha de eremita, bien mío, hace un milenio, te convertiste en un ser al cual, a pesar de vivir a la orilla contraria a la mía, separadas ambas por mil leguas de aguas marinas, le rindo pleitesía en el pedestal de amor donde te he situado.

            En ese recinto sacro, siempre iluminado por luces de colores sublimes, te invoco en mis oraciones para sentirte, soñarte, acariciarte cuando te marchas a tu distante morada, cercana poéticamente a mi covacha pero distante en tiempo real.

            Estás, bien mío, aposentada plácidamente en lo más recóndito de mi corazón.

            Esa devoción por ti -¿Es recíproca?- hace reverdecer los alicaídos árboles de mi otoño sin fin y bajo su deliciosa sombra, oyendo el alborozado cántico de las avecillas silvestres, te imagino acompañándome en el disfrute de la naturaleza, espléndida y sabia, amorosa y saludable.

 

 

 

               Hotel Concorde, Buenos Aires, Argentina, marzo de 2012. 

Ver métrica de este poema
Llevate gratis una Antología Poética ↓

Recibe el ebook en segundos 50 poemas de 50 poetas distintos Novedades semanales


Comentarios1

  • Maria Hodunok.

    MUY BUEN ESCRITO POETA, me ha gustado mucho
    por tu manera delicada de hablar a tu amada, muy
    delicado y suave.
    CARIÑITOS DEL ALMA.



Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.