Violeta se llama la luna azul.

Violeta se llama la luna azul, y no necesita de las nubes para su placer.
Violeta es callada y olvidadiza.Le gusta comerse las estrellas opacas y los diamantes de Marte.Tiene agujeros tatuados en su cuerpo y baila, baila sola en el firmamento, como si lo infinito la observara.
Violeta se llama la luna sola, aunque no tan sola, es anfitriona de asteroides perdidos que remojan su regazo y se vierte en ellos como la luz del sol le pega desde hace unos años.
Se viste de gris cuando tiene sueño y de vez en cuando se levanta temprano, para los pájaros andantes,se guíen un tanto. A Violeta le gusta el mar, le gusta acariciarlo, enredarle su sonrisa y arruyarlo, le gusta tomarse el mar a cucharadas.
Violeta como algunos lunas, es digestiva para los filósofos y veneno de poetas. Es postre para la noche y bebida para la vida, vino para los parques y amante de las luciérnagas. 
Violeta a veces no es violeta, es la luna seca de otoño en el espacio, a veces, y en ocasiones no es luna, sino almohada de idilios.
Violeta se mira al espejo, y cierra sus ojos, un 28 del mes a las 5:00 de la mañana.
Como amo a violeta aunque a veces me enfrasque en su ser y como choco con la luna, sin siquiera entender, los condenados de por vida,vivan y sólo llegue completa una vez al mes.