Todos los cuentos son de Anansi

Todos los cuentos son de Anansi.
Todos los cuentos son de Anansi, la araña, porque se los quitó al tigre.

Así que la próxima vez que os inventéis una historia
mirad a vuestro alrededor, porque en algún lugar posiblemente escondida
habrá una araña tejiendo vuestra historia, con su tela
para llevársela a Anansi.

Cuando te sientes a la cabecera de la cama de tu hijo o hija y empieces
a narrar fantásticas hazañas en la selva, o en el desierto o incluso en el
espacio, si miras bien, la verás. Una pequeña araña, por algún rincón
con su hilo de plata, paciente te está sugiriendo lo que tienes que
decir.

Porque todos los cuentos son de Anansi. Todos los cuentos son de
Anansi, la araña, porque se los quitó al malvado tigre.

Incluso la historia rocambolesca que te inventes como excusa para no ir
a trabajar o para justificar porque no fuiste ese día o como tu mascota
o hermano pequeño se comió tus deberes, incluso esas historias, no
pasan desapercibidas a las arañas, que trabajan recopilando todas las
historias en sus complicados tapices.

Estarás con el amor de tu vida frente a frente o en la distancia
y le contarás como os conocisteis de manera increíble y digna de un
cuento de hadas. Contarás vuestra fabulosa historia en la penumbra, que
es como se han de contar los cuentos y aunque no la veas, siempre habrá
una araña para que el cuento nunca se olvide.

Porque todos los cuentos son de Anansi. Todos los cuentos son de
Anansi, la araña, porque él, astutamente, se los quitó al malvado tigre.

Si te detienes un día y aprendes lo suficiente tal vez puedas leer
alguna fantástica aventura, o un fabuloso romance, o la más
descabellada historia, en sus mágicos hilos.

Da igual si eres el sabio oso, el onírico cuervo o el astuto zorro
cuando cuentes una historia ya no será tuya. Será de los que la
escuchen y de Anansi. Pero tranquilo él las comparte con todos. Eso sí,
él como cada uno de nosotros cuenta su propia versión del cuento.

Porque todos los cuentos son de Anansi. Todos los cuentos son del
bondadoso Anansi, la araña, porque él, astutamente, se los quitó al
malvado tigre.