Viaje onírico.

He viajado cerros de mi montaña
para escalar el barranco del cielo;
al abismo terrorífico de mis miedos;
adentrarme en la salida del aliento,

sosteniendo mis pestañas dormidas
al despertar de unos ojos muertos;

he perdido párrafos de mis fragmentos
entre el vaivén de una palabra ciega
al tacto de unos manos biseladas
-He perdido parte de mis sueños-

un huracán de vientos internos;
he perdido la identidad de la nostalgia
cuando agonizaba a tu lado,

en la luna eclipse de un poema
arrancado de una prosa
que miraba mis ojos caerse
dentro de un verso fugaz en la noche,  

fugaz en la eternidad de contemplarte
cuando más agonizabas tapar con un dedo
la solemnidad del la luz atrapada
en la caprichosa forma de apagarte con la luna,

y..., yo apagarme con el mar incierto
en una copa; masticada por mi pecho.