Eran un espiral.
Al final, regresaban a ellos.
Siluetas sin ánimo tan contrapuestas que terminaban siendo semejantes.
Y eran dos,
y caminaban en silencio.
Sus ojos parecían perderse en cada esquina.
Cuando no son sus besos los que limitan sus labios
ni son sus nombres quemando el silencio.
Y son solamente, en soledad:
dos cuerpos habitando un mismo silencio.
Ajenos al instante parecen perdidos;
perdiéndose en la inmensidad de perderse
de olvidarse y apagarse;
de dejar cosas estáticas en el laberinto de la memoria
y borrarse la mente en el corazón.
El mundo se detiene vertiginosamente
ante sus ojos,
tan sedientos de miradas que tienden a secarse en la noche.
Y no son los ojos de alguien más,
ni alguien más los mira
son únicamente el reflejo cataléptico de la tristeza.
- Autor: Acertijo (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 24 de noviembre de 2012 a las 16:33
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 124
- Usuarios favoritos de este poema: Sara (Bar literario), PETALOS DE NOCHE, Gitana enamorada, Luis Antonio Osorio, moebious, Garabato Púrpura.
Comentarios4
🙁
y si el corazón pensara???
Seguramente tuviéramos muchas arritmias...
a veces, las tenemos
será eso un pensamiento del corazón???
Hay 15 comentarios más
hmmmmm devuelvemela...
¿a quién?
a GP.. :).
Hay 24 comentarios más
yo prefiero qué devuelvas a penumbra
= O
Penumbhra...
Ya decía yo que los espirales me sabía a olvido, ya lo sabía u_u
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