EN LA FRONTERA DEL LIBANO- VISICITUDES EN LA GUERRA DEL MEDIO ORIENTE (narrativa en 3 tiempos)

mercedesdembo

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Me llamo Ruth vivo en un moshav, un asentamiento agrícola de carácter cooperativo en la frontera de Israel con Líbano. Llegué aquí hace cuatro años para trabajar de maestra en el jardín de la infancia, terminé dos años de servicio militar como paramédica, profesión esencial en esta región.
Esta es una comunidad mezclada de familias muy humildes que inmigraron de las montañas del Atlas -Marruecos y del Cáucaso.
Durante muchos años la comunidad disfrutó de relaciones cordiales con sus vecinos libaneses con quien tenían los huertos pegados, se visitaban unos a otros. Las cosas empezaron a cambiar y ponerse mal; las infiltraciones terroristas ocurrían a diario causando muchos daños a los residentes de la región; el daño era tanto emocional e inclusive amenazaba su sustento. El ejército tuvo que aumentar su presencia en las distintas aldeas cerca de la frontera, fueron llamados más reservistas y Jaimes fue uno de ellos.

Jaimes tenía pasión por la vida marina y estaba estudiando biología marina en la Universidad de San Diego; cursaba su tercer año. Esta pasión se la debía a la ciudad donde nació y se crió; la ciudad era Eilat en el sur de Israel, por otro lado esa misma pasión creció por la influencia de su padre Abner.
La ciudad de Eilat tenía una rica vida marina que atraía muchos turistas del mundo; el turismo era la principal industria de la región. Abner era un buceador experimentado, enseñó a todos sus hijos el arte del buceo. Él vivía del mar; era propietario de unos barcos de crucero con fondo de cristal. Durante las vacaciones escolares Jaimes ayudaba a su padre y de esa manera se convirtió en un buceador experimentado con un gran conocimiento del mar y la vida marina. Era un hombre joven y guapo con un buen sentido de humor y un talento extraordinario para contar historias. Con eso se labró una buena reputación y siempre solicitaban sus servicios llevandole lejos de su ciudad natal. Abner recibió algunas muy buenas proposiciones de trabajo en diferentes países, pero su meta era estudiar y convertirse en un biólogo marino científico en Israel; el sabía que el país tenía una gran riqueza marina y necesitaba gente de gran eficiencia y especializada para manejarlo.

Aquella vez no podía dormir hacía mucho frío; no me calentaban la manta de lana ni los calcetines gruesos; el pijamas de franela no me ayudababa a aliviar el clima que se calaba entre mis huesos; era un invierno particularmente duro y no paraba de nevar; estábamos cerca de la montaña.
Tenía ese presentimiento de que algún desastre nos podría ocurrir; mi casa estaba situada a la entrada del asentamiento y la compartía con una enfermera; Yael que llegó hace un año.

En aquel entonces no teníamos médico y ella se las arreglaba sola o comunicándose por radio con un doctor del hospital de la región. Al terminar sus estudios de enfermería, con toda su falta de experiencia, la asignaron permancer en este lugar como parte de su servicio militar; más bien servicio nacional. Tenía que ayudar tanto a los residentes como a los reservistas que se alojaban en el moshav, pero eran responsables de la seguridad de la región. Dos veces al mes remplazaba a la enfermera de una comunidad vecina y yo me quedaba encargada de los primeros auxilios; la vida cotidiana no era del todo tranquila era una región en constante conflicto, habían muchas infiltraciones terroristas;... su propósito era matar al mayor número posible de civiles.


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El día empezaba temprano a las seis, después de levantarnos tomabamos una ligera colación y posteriormente recorriamos el asentamiento. Yael visitaba los enfermos y yo me informaba de los chicos que no habían llegado a la escuela el día anterior. Ya de paso podíamos intercambiar algunas frases con los labradores locales o con los reservistas que estaban afuera; para nosotras era una oportunidad de tener noticias frescas de lo que nos contaran. Yo me iba a la guardería de niños y Yael a la enfermería.
Al llegar a la enfermería Yael continuaba repasando la lista de las cosas pendientes y en ese momento aparecía una inevitable visita cotidiana; era mamá Sulika, una señora anciana que solo hablaba marroquí; ella venía a contarnos sus males y los gran cantidad de chismes que le llegaban,.. y eso que decía que no oía nada jajaja. Mientras hacía su trabajo Yael la escuchaba y entonaba de vez en cuando una canción en marroquí;...mamá Sulika se marchaba contenta.
Yael era una muchacha muy ordenada y disciplinada;... me contaba que quería que el servicio fuera más efectivo y para eso hizo un plan semanal. Hizo un programa para las mujeres embarazadas y bebés, otro para los niños y adolescentes y finalmente otro para los adultos. Desde luego que las emergencias eran de gran prioridad.

Colgó entonces la lista del programa en la puerta de la enfermería,... en el la tienda de alimentación y en la escuela, pero no hubo quien respetará el plan. Yo sabía que sería muy difícil implementar el programa debido al tiempo que ya llevaba aquí, pero no la dije nada. Ella se vio muy ingenua, pero posteriormente fue comprendiendo que la gran mayoría de los adultos no sabían leer; habían llegado de sus aldeas en las montañas Atlas y del Cáucaso,.. empezaron a trabajar desde muy jóvenes.

Yael me hablaba con entusiasmo a cerca de Dina, era una muy tímida adolescente que venía a la enfermería después del colegio; a ella le gustaba ayudar y era muy bondadosa con la gente. Yael aprovechaba enseñarla todo lo posible para acercala a la profesión de enfermería con la esperanza que lo estudiaría. La joven era muy inteligente; tenía  mucho talento para las artes; había echo varias pinturas para la enfermería y inclusive para el jardín de la infancia, tenía una voz dulce y unos inmensos ojos color miel, con actitud positiva siempre dispuesta a ayudar.

En otras ocaciones nos reuníamos algunas tardes  con unos jóvenes reservistas para cenar; veíamos una película o simplemente charlabamos. Yael se preparaba con anticipación para esta reunión; a ella le gustaba mucho Jaimes; el gusto era recíproco. Para algunos residentes esas  reuniones no eran de buen ver, sobre todo cuando ellas ocurrían en nuestra casa; los guardias venían a espiarnos so pretexto de que habían detectado un movimiento sospecho alrededor de la casa; apuntaban sus linternas en la rendijas de la ventana para ver lo que hacíamos; ellos no entendían que eramos jóvenes y buscábamos la compañía de personas propias de nuestra edad, o de gente con la que podíamos tener conversaciones interesantes.

Nuestra interacción con los residentes era más bien de carácter profesional; era siempre amable y respetuosa aun cuando a mi me interesaba mucho de la vida y las experiencias que tuvieron en sus propios países antes de emigrar; me interesaban sobre todo aquellos que llegaron de las montañas del atlas marroquí.

Desde que llegue al moshav contaba con un diario en el que anotaba todo aquello que me parecía interesante. Los residentes más ancianos eran los que más aportaban información; ellos eran los que todavía se acordaban de su tierra natal; algunos se emocionaban mucho contándome hasta las lágrimas sus histotias me decían que ni a sus hijos ni a nietos les interesaban esas experiencias; a ellos, les dolía mucho. Yo les decía que con su permiso estaba apuntando sobre sus recuerdos para quizás publicarlo algún día.


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Había dicho previamente que la vida de esos lugares no era siempre tranquila; y en dos ocasiones nos fue terrible.

- La primera vez fue cuando un campesino encontró a un reservista en el suelo herido por una mina; el campesino era encargado de abrir la irrigación;..inmediatamente avisó por radio motorola al guardia de noche que vino a buscarme; tomé la mochila de primeros auxilios, el oxigeno, subí al jeep rumbo al huerto de ciruelas, ahí encontré al reservista desmayado; comprobé que respiraba y tenía pulso regular y llamé a la ambulancia del kibutz cercano.

Ahí proseguí en situ a revisar el cuerpo del herido; le dí la vuelta con precaución y noté que tenía un agujero al nivel de la cuarta o cinco vertebra lumbar, pusé un vendaje sobre el agujero y le dí oxigeno. El hombre recobró la conciencia y tenía mucho dolor; le dí una inyección de morfina, le pedí que moviera sus pies «lo que no pudo hacer», también le piqué en varios sitios de las piernas y noté que no sentía nada tal como me lo imaginé visto el lugar de la herida; llegó la ambulancia y le llevamos al hospital regional; le operaron de inmediato. La explosión había dañado la médula y solo con tiempo y tratamiento fisioterapéutico intensivo se habría de recobrar el uso de sus piernas.
Durante la investigación del accidente se descubrió que el reservista había omitido informar a su superior que el jeep que conducía la noche anterior había roto un cable que yacía en la carretera; el reservista ató los dos trozos de cable lo cual se interpretó como una una falta de responsabilidad porque en el jeep viajaban otros compañeros suyos; el cable estaba conectado con una mina que por suerte no explotó, pero si otra mina explotó en su espalda.


- El segundo incidente que viví en ese lugar fue mucho más devastador y doloro.
Era un viernes, tenía planeado viajar a mi pueblo y pasar el shabat con mi familia, pero tuve que cambiar de plan porque Yael había viajado a ver a sus padres; ella me había avisado que no podía regresar a tiempo. Aquella mañana el autobús salió temprano del otro moshav en dirección a Safed "la ciudad principal vecina"; viajaban en él miembros del moshav que iban a Safed, 30 alumnos y maestros que venían a nuestra escuela; los dos moshav compartían la educación primaria y también viajaba la joven Dina que iba a la ciudad a inscribirse a una escuela segundaría. Diez minutos después de haber salido del moshav empezó un intenso tiroteo, de ambos lados de la carretera llovían balas; habían terroristas militantes que se habían infiltrado desde el Líbano y crearon una emboscada. Los terroristas lanzaron dos obuses contra el autobús matando al conductor en el aluvión inicial; otros dos adultos a bordo y 12 niños fueron masacrados; todos habían muerto cuando el autobús se estrelló contra un muro de contención. Como los atacantes continuaron disparando contra el vehículo 25 personas fueron heridas; Aliza fue gravemente herida pero no quiso recibir tratamiento hasta que los niños fuesen evacuados. Yo llegué unos momentos después al lugar del ataque; el lugar era dantesco, había sangre por todas partes; habían trozos de los cuerpos y órganos regados por todos los sitios. Mi estomago revuelto a punto de vomito; observe a Dina muerta con una chaqueta que le había regalado y no pude contener los sollozos ante tal escena. Parece entonces que tenía que concentrarme en ayudar, no había tiempo para los lamentos. Muchas horas pasamos ocupados a dar auxilio e evacuar a los heridos al hospital.
Hasta el día de hoy todavía no llegó a entender como existen seres humanos tan brutales para causar tanto daño con sus abominables echos.

Los atacantes nunca fueron aprehendidos.



Merche DemBar

©MCN: CSQ8T-BPLZK-T8AFF



 

 


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Comentarios6

  • El Hombre de la Rosa

    Estimada Mercedes DemBar... tengo un hijo militar que ha estado varias veces en la frontera entre el Libano y Israel y por eso conozco bien el tema que tratas en tu bello relato.
    Grata lectura tu bello relato
    Saludos y amistad

  • KASH BAAC

    Y CUANDO SERA LA PARTE II , HAY COSAS QUE SEBEMOS A MEDIAS SOOBRE ISRAEL Y SUS FRONTERAS GRACIAS POR COMPARTIR CON NOSOTROS.

    • mercedesdembo

      Te envie un mensaje, esta ahora el relato completao, los 3 tiempos. Gracias

    • victolman

      LINDA MERCHE... LA HUMANIDAD TODA, EN SU AFÁN DE SEGUIR MUTILÁNDOSE... EL ÚNICO CAMINO QUE LE QUEDA ES LA EXTINCIÓN DE SU RAZA...


      SALUDO TU BUEN ESCRITO Y TU MUY BUENA VOLUNTAD...

      BENDICIONES Y QUE DIOS TE PROTEJA...

    • nellycastell

      Mechy muy conmovedora historia y se lee tan intensamente que uno la suelta cuando termina, me dolió que Dina se muriera. Un abrazo y es así como dices no hay piedad, sin castigo para estos hechos tan espeluznantes. Un abrazo con todo mi cariño, te quedó muy bonito.

    • jorgeluisotero

      MERCEDES; AUNQUE NO LO CREAN, PIENSO QUE LA IGNORANCIA DE NUESTROS PUEBLOS, NOS GUIA A ESE ABISMO, '' GUERRAS'' HAMBRE, MISERIAS, Y SOBRE TODO PLEITOS ENTRE LA MISMA RAZA.
      NO HAY PIEDAD PERA LA HUMANIDAD, LOS INTERESES MONETARIOS, Y LA HUMILLACION PARA LOS QUE NO TIENEN ESE PODER. ESTO SE HA VISTO DESPUES QUE HAN OLVIDADO LA VERGÜENZA, EL DESEO DE HACER EL BIEN POR LOS DEMAS, DESGRACIADAMENTE SOMOS LOS MONIGOTES DE LOS GOBERNANTES DE NUESTROS PUEBLOS.
      ME ENCANTO LEER TU MISIVA DONDE EXPLICAS TODO LO QUE SUCEDE EN LOS PAISES FANATICOS DEL HEMISFERIO, SIN OFENDER, SOLO EXPRESO LO QUE SE ESTA VIENDO A TRAVES DEL TIEMPO.
      GRACIAS POR ESTA REFLEXION TAN IMPORTANTE.
      UN BESO.

      ( HAY COSAS QUE APARENTANDO SER UN CUENTO, ES UNA REALIDAD DOLOROSA )

    • mercedesdembo

      Queridos amigos, Crispulo, Kashbac, Victolman, Nelly, Jorge Luisotero, me ha costado terminar de escribir estre relato, lo habia empezado hace ya mas de 9 meses y lo deje, segui hace unos dias con el. Revive todo de nuevo y fue muy duro, durante años la cara de esa jovencita no me dejaba. En las guerras nadie sale ganando al contrario, ahora he vivido 3 guerras en israel trabajando como enfermera, el mismo cuido mis compis y yo dimos tanto a los israelis como a los prisioneros. Yo hablo arabe y podia comunicarme facilmente con ellos, se asombraban del cuido que los dabamos y con los mejores equipo.
      Tambien hice muchos amigos maronitas en esa misma frontera de la cual hablo aqui. Solo quisiera que la gente no viera a israel como un monstruo que destruye todo, al contrario quien conoce la historia de este magnifico pais y todo lo que se logro en todos los campos. Actuan, contruyen, ayudan no destruyen ni matan a criaturas, ni las dan armas.
      D-ios bendito vele por todos sus hijos sin distinccion de credo color etc... y que los hijos se hagan responsables y obren para el bien de sus hijos, sus pueblos y mas.
      Perdonen, no quiero hacer esto un podium politico, tengo paz interna y mucho amor para todos.
      Reciban mis bendiciones.
      Merche



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