Debo... Vivir...

Debo arrancarme los ojos!
fumigar cualquier existencia

adherida a la corteza
de alguien que dice mucho
y nada hace-

... nada acontece
para ser suceso
de arrancarse la piel
y adherirse a un beso de la muerte... 

Debo arrancarme los ojos!
excusar a los vivos de mis malos hábitos;

sugerir versos; arte y trazos
mal diseñados en tus cabellos
ondulados a un ciclo suicida...

Debo arrancarme los ojos!

y verte desnuda correr
por las páginas torcidas
de una cama sumergida
en el llanto de los efímeros sueños;

(adueñarme de la luna)

-borrar las rocas
que se arropan 
en la epidermis
que expones a la luz de la noche
y en la oscuridad del día
te desnudas vida... !

Debo... Amar,

descifrar los códigos binarios

cuando apagas el sol
y de un vicio letal enciendes
la última gota de licor
perecida en la boca
amarrada al vacío...

Debo... Respirar...

haciendo girar los molinos

de entre papeles torcidos
a un punto céntrico
de un corazón reseco
en la humedad del pecho
corrosivo en la densidad
de hacer prevalecer el oxigeno
cuando las bolsas de plata
azucaran la soledad de estas palabras...

Debo... Vivir...

Remorder cada vez más el eco interno

y hacer que éste se fraccione
hasta invadir al mundo de sonidos

y éste coexistir con la realidad,

(aferrándome a ella)
-no perdiéndola-
no borrarla,
no apartarla
no ahogarla
en más hojas blancas;

debo hacer que la onírica forma
de ser "yo"  dentro del yo eterno
sea realidad y no imaginación,

como la muerte debe
hacer que yo caiga
en el océano sonámbulo
de mis ojos repatriados al horizonte... 

Debo hacerme anciano,

recobrar la memoria

correr como los niños libres

adherido al vuelo
de un viajero sin sus alas,

debo buscar la esperanza!

y en ella dar vida a la vida
escribiendo muerte
ciclos y órbitas
en la resurrección del universo
tatuándose en mis ojos viajeros...


Debo vivir,
y no pensar
ahogarme
en la muerte
cuando
dejo
que el asiento
vacío
siga vacío
en la costumbre
de olvidarse -me- -te-
vida... 

 



Esta en Tercera Persona,  a Ella; a una des-conocida.
El tiempo a veces pareciera no ser el tiempo conocido.
El espacio entre estos síntomas es nada más que vacío.