La mujer que yo quiero

La mujer que yo quiero no puedo amarla
Porque existe en mis sueños más sublimes
Y solo se presenta en las noches más fervientes de verano
O en la soledad más profunda de este invierno.

La mujer que yo quiero no guardo esperanzas de encontrarla
En esta vida ínfima, de mundos infinitos y caras incontables
Se esconde el rostro de mi amada de rasgos borrosos
Mis ojos, mi vida, mí tiempo no son suficientes para hallarla.

La mujer de mis sueños tiene la mirada infinitamente transparente
Tiene el cabello largo tostado por el tiempo y por la vida
Su piel tiene el color de un atardecer frente al mar mediterráneo
Y en su sonrisa guarda el más hermoso de sus secretos

La mujer que yo quiero no lleva maquillaje ni vestidos
Tiene su belleza tatuada en su cuerpo y en su rostro
El rubor de la vergüenza, las sombras del cansancio y las arrugas de sus gestos
Maquillan el rostro de la mujer a quien amo

La mujer de mis sueños no solo me regala su sonrisa
Sino que hace de la mía más frecuente y más hermosa
Ella no conoce el tiempo ni espacio para amarnos
Ama las cosas simples de ella porque está conmigo.