DÍA DE FIESTA

anaariassaavedra

 

 

 

DÍA DE FIESTA

Relato

 

   Amanece el día radiante en el cálido otoño del mes de octubre, el suelo está alfombrado con las hojas mustias amorronadas y verdes, rutila el sol dejando entrever un día seco y soleado del día, cinco, festividad del Patrono de Lugo, en la Comunidad de Galicia, San Froilán

   En una de las hermosas aldeas de Lugo, los pájaros alegran y embellecen el cielo y los árboles con sus placenteros trinos,

   En el verdeciente paraje en uno de los muchos hogares que lo pueblan, el mío, en él pulula la delicia coligada a la armonía a su antojo.

   Es fiesta en la ciudad de Lugo, mi marido y yo  nos sentimos felices porque vamos a darle a nuestra única hija, el regalo más preciado para ella, el de divertirse en las atracciones infantiles que llenan el recinto ferial de la ciudad de Lugo, en  una inmensa variopinta diversidad, llevando con ella  a una de sus amigas, a la más querida entre todas sus amistades, es su amiguita del alma.

    Vibra la niña de alegría, expandiéndola a su padre y a mí, y todo parece indicar que el día será de lo más agradable.

  Sintiéndonos muy dichosos partimos de casa en nuestro propio coche, nos encaminamos hacia el hogar de la amiguita, la recogemos, y seguimos la ruta hacia la ciudad lucense, buscamos aparcamiento, tarea ardua, entre cientos y cientos de ellos llegando de diversos lugares de la Comunidad Gallega y comunidades de toda España, nuestra hija, contaba cuatro años de edad, cumplidos en la primavera, su amiguita, seis años cumplidos en el verano; como  decía, al  fin  logramos encontrar un hueco y aparcamos cerca del hogar de mis padres.

   En el hogar de mis padres, disfrutamos de una comida exquisita que mi madre nos tenía preparada para los seis, luego del, postre y unos momentos con el dilema de si ir en el coche o ir caminando, optamos por la segunda opción, nos dirigimos al área donde se concentran las abundantes atracciones, tan pronto aparcamos, las dos niñas deciden darse unos viajes en cochecito, previo pago de las fichas. Ansiosas de placeres de mayor envergadura en atracciones más aparatosas, piden que les compremos la ficha para la gran atracción llamada Pulpo, a esa petición en principio mi marido y  yo nos  negamos rotundamente argumentando  q ue  eran  las dos  muy chiquitas , a  lo que la niña amiga , con su deliciosa  y melosa voz dirigiéndose a mi, me dice ¡Mi papá y mi mamá , tanto a mi hermano como  a mi nos dejan ir en ella, yo ya fui varias veces , y me lo pasé muy bien, anda déjanos ir!, mi hija miraba hacia la cara de su padre y a la mía denotando gran entusiasmo de que le regalásemos el parabién que su amiga pedía,

   Mi marido y yo , miramos un ratito hacia la atracción , y vimos que en ella iban niños, niñas, jóvenes  y adultos, las dos niñas miraban para nuestra cara, la de mi marido y la mía, con gran ansiedad por ir a disfrutar de la atracción, nosotros dos nos miramos y dijimos, ¡Como ya ha ido con su hermano y en ella van otros de edad similar a estas, ahí están, bien se ve que no corren riesgo, creo que no es cosa de sertirnos tan temerosos , vamos a cumplirles el gusto!.

  Al oír estas palabras las dos niñas brincaban de alegría, para nuestra hija era la primera vez, para su amiguita una experiencia más de la ya conocida atracción, les compramos, entradas para dos vueltas, es decir, para dos viajes. Floritura de la vida, era ver pasar las dos niñas riéndose a carcajadas y saludándonos con sus cálidas manitas a cada vuelta que guiraban, delicias de las delicias era para nuestro corazón el verlas tan alegres y disfrutando plenamente del ferial.

  Alejado el temor de nosotros dos, fuimos cumpliéndoles los gustos de las dos niñas de ir disfrutando en las atracciones que la niñita amiga indicaba, puesto que era la amiga a la que mi hija quería agasajar en  la   ciudad donde ella nació y se crió y creció su madre, mejor dicho, donde yo me he criado y he residido hasta casarme.

  De alegría en alegría, iban bamboleando las dos pequeñas, y nuestras miradas pendientes  en todo  momento de ellas, se unían en el selecto olimpo de la fruición, yendo  en la más selecta perfección, y en ese estado de ánimo tan exultante nos dirigimos hacia una atracción que hace un largo recorrido a una velocidad vertiginosa,(Mantengo el nombre en el anonimato) que la vista se marea sólo mirarla en su máxima, en esa petición, yo me niego rotundamente a que suban a disfrutar de ella, dado que me parece en demasía la velocidad que llega alcanzar para la edad de ambas.

  Mi marido se topa de frente con un amigo de la infancia y que hace ya años que no se ven, se saludan con mutuo afecto y alegría, las dos niñas siguen insistiendo en ir  a disfrutar de dicha atracción , a mi que me parece excesivo sigo negándome, a su vez ellas dos me señalan a niñas y niños que en tal elemento van, unos solos y otros acompañados de mayores, y de nuevo la niñita amiga dice que ella ya ha ido con su hermano en esa atracción varias veces y que sus papás no tienen tanto miedo como yo le tengo., que por favor les permita ir aunque sea una sola vez, que a ella le gusta mucho..

  Tomo la decisión de cumplirles el deseo con un cierto temor, me dirijo a la taquilla y pago las dos entradas para un sólo viaje, el encargado de la atracción las aloja en uno de los asientos, les pone una cadena por la cintura, yo me distancio de la atracción situándome en medio del inmenso gentío, se inicia la carrera, en principio lentamente, para ir subiendo la velocidad, hasta alcanzar su cenit de vértigo, yo las miro y veo a la niña amiga sonriente y muy serena y  veo a mi hija pegadita a su amiga  con su semblante serio, y de súbito veo aterrada que se levanta de su asiento decidida a salirse de allí , su amiguita con mano  decidida y presta , la coge fuertemente por el vestido y tirando de ella la sienta de nuevo , mi hija hace un nuevo gesto de levantarse su amiguita  la coge por el hombro con su brazo derecho y la mantiene allegadita a su lado , mi hija cierra los ojos y apoya la cabecita en los hombros de su amiga del alma. Mi marido inmerso en la conversación con su amigo vive ajeno a todo lo que está ocurriendo, yo que asisto a toda esta terrorífica  situación voy mirando y corriendo por entre el gentío, gritando ¿ Por el amor de Dios déjenme pasar que mi hija se va a caer de la atracción, por favor que la frenen! Voy  yendo entre ruidos que embeben mis ruegos hacia la taquilla rogando por el cese de la atracción , Me voy abriendo paso entre la gente y a gritos desesperados ¡Por el amor de Dios déjenme pasar que tiene que parar la atracción, que  mi hija va mareada y quiere salirse del asiento,!¡Dios mio!¡Dios mío! que se va a  matar mi hija!, Sumida en llanto desesperado , logro llegar a la taquilla, en ese flagrante momento la dueña de dicha atracción da por finalizado el viaje,

  Me vuelvo en la misma prisa hacia las dos niñas , al llegar, llorando, las abrazo a las dos, a la mía por que ha vuelto a nacer, a su amiguita por haberse valido Dios  de ella para que se salvase , y siguiese siendo lo que es , el aliciente de la vida de mi marido y de la mía. Luz que ilumina nuestras vidas.

  El resto de la tarde, la disfrutaron saboreando chuchearías y correteando por el parque Rosalía de Castro mientras mi corazón no cesaba de agradecer el arrojo de la niña amiga, su pronta disposición para sentarla. y estrecharla contra ella

   Un día de fiesta le regaló mi hija a su amiga del alma, y ésta nos regaló  la vida de nuestra  hija. Bendito sea Dios

.

                      Ana Arias Saavedra

 

  • Autor: Analy (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 2 de noviembre de 2012 a las 16:49
  • Categoría: Fecha especial
  • Lecturas: 49
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Comentarios1

  • Alejandro O. de Leon Soto

    ¡Bello relato -que agradezco leerlo-, pero que difícil momento pasaste, afortunadamente solo son anécdotas de un día de fiesta......Saludos.



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