Aguas platinadas de una noche solitaria...

Hector Adolfo Campa

Esta noche mi alma nada, se sumerge entera y ansiosa en un lago plateado,

Ese lago que cae como torrente desde la luna, y mi sombra busca la tuya,

Una corriente me arrastra, sale desde mis labios en un humo grisáceo,

Estas aguas luminosas son tuyas, y tu ausencia deja que en ella un sueño fluya.

 

¿Donde estas?

Si me adentro más y más, ¿te lograre encontrar?

¡Maldita sea! En ningún lado te logo hallar,

Entre los susurros indiscretos del viento obscuro,

Entre los arboles danzantes de tangos nocturnos,

Con sus brillos platinados de donde fueron bañados,

Entre las gotas de roció del satélite armónico.

En ningún lado te encuentro mi dulce unicornio.

 

Sucumbo ante los miedos de un pastizal azul y cromado,

Entre los ladridos y las siluetas de los gatos,

Entre los faros viajantes y los muros estáticos.

 

Amor mío, esta noche pide tu abrazo,

Estas manos piden tu vientre, y mis labios tu cuerpo entero,

O a pedazos, para armarte de nuevo a mordidas y caricias.

 

Cuentos, cuentos y mas cuentos,

Son lo que narran las horas en mi cerebro,

Anhelos perdidos entre este mar incoloro,

En los parpados de los millares de ojos muertos,

En las sombrías aventuras de los que vagan por lo tiempos.

 

¿Dónde estas mi amor? ¿En que rincón de estas secuelas te escondes?
¿Por que no sales de mi cabeza, por que te entierras en mi pecho, y te expandes? No te encuentro y ahí estas, no te busco y llegas sin chistar.

 

Eres como un arrullo somnoliento,

Eres la meseta de cada uno de los cerros,

Entre cada uno de ellos, por las callejuelas de la ciudad de los encuentros,

En cada nuevo mundo, en las luces de las casas maltrechas,

En cada suspiro de un soñador que nada en otro punto de este mar negro.

 

¡Maldita sea! ¿Por qué me torturo buscándote si aquí estas?

¿Por qué no te hallo si danzando en mi pecho estas?

En mis poemas estas, en mi bolígrafo o mis latidos impar,

Entre las plumas que caen de un cuervo viajero,

El frágil y único color rojizo que luce entre un Calipso opaco,

Y los remos carmesí que me mueven en esta barca, en estos cielos anclados.

 

Si solo pudiera hundirme en tus aguas como lo hago en las de la noche,

Que mis cabellos danzaran y enredaran en los tuyos,

O que los ángeles por un segundo cantaran a mi oído,

Y que dios sonría diciendo “que hermoso nadan esos hijos míos”

 

Muero en el simple intento de que seamos náufragos de lo humano,

Perdernos de todos como me pierdo solo sin tus encantos,

Hallarnos sin buscarnos entre las aguas y ya no ver el camino a casa,

Desprendernos del mundo, quedarnos nadando.

 

¡Maldita sea! Si solo pudiésemos amarnos...

Si solo tu y yo, fuéramos dos hojas que nadan errantes en los océanos del espacio,

Dos astros pequeños, que se orbiten hasta el fin de los años.

¿Dónde estas ángel escarlata de pechos de plata y alma de rojo infinito?

¿Dónde estas nadando?  tal vez en los sueños, que aun no he tomado como míos.

  • Autor: Héctor Adolfo Campa (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 29 de octubre de 2012 a las 04:04
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 67
Llevate gratis una Antología Poética ↓

Recibe el ebook en segundos 50 poemas de 50 poetas distintos


Comentarios1

  • Intensa

    Mui lindo tus versos!

    • Hector Adolfo Campa

      Muchas gracias por tomarse el tiempo de adentrarse en ellos



    Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.