Carta Tercera

"El día está lindo, es una preciosa mañana,

Un brillo divino se cuela por mi ventana,

El día está lindo, comienza el fin de semana,

Y con esto comienza la tristeza sabatina,

El puto dolor una vez más alucina,

La soledad entre estas horas camina,

Dedica su eterno tiempo en invertir recuerdos,

En promover las lágrimas,

En desahuciar deseos a largo plazo.

La tarde está hermosa, luce muy colorida,

Destella tu imagen radiante sobre mi herida,

Se ve una nube muy lejos, como tu de mi vida,

Las tardes como ésta, han perdido su esencia,

Porque son una previa que me trae dolencia,

Es sin dudar y sin pensar una amplia consecuencia,

De saber que ya no estoy contigo,

De saber que estoy propenso a sentirme mal,

De saber que se apagó la luz de mi futuro.

La noche está triste, la siento amargada,

Me recuerda continuamente que no tengo nada,

Que estoy entre una pared y tu espada,

Que voy andando siempre por ahí sin afectos,

Cargando en mis hombros todos mis defectos,

Y aquellos momentos que creí tan perfectos,

Donde estabas tú inesperadamente,

Donde no había horario ni tiempo,

Donde tratábamos tejer toda una vida juntos.

Ya es Sábado y creo saber como será éste día,

Lleno de nostalgia, dolor, necesidad y agonía,

Decido a dejarme vivir en completa amnistía,

Entre tu culpabilidad y la poca importancia,

Con todo éste aire que me trae tu fragancia,

Dejándome claro que “tú y amor” es una redundancia,

Porque a pesar de los fallos te extraño,

Porque a pesar de los actos te recuerdo,

Porque a pesar que ahora estás con otro te amo."

RCarías
Guatemala.