Aferrarse...

...
Y no es el aire, no es la vida ni el destino,
no son las canciones del tiempo
el movimiento de la celeste en tus ojos,
tan sólo eres tú, el amor, y sus reiteraciones
el amor y todo el cielo, el océano
tu boca, tu silencio; el miedo...
...

Me gustaría quitarte el aliento,
un beso-
dejarte desnuda
tu piel en silencio-
besarte las consonantes
internas de tus latidos
vocales en mis dedos...

Y ya el tiempo se marca en el pecho
sin consonantes que alteren el pulso
ni pulsaciones que alteren nuestros besos.

Deteniéndonos en el origen de la muerte
hasta la eternidad de la vida de un sueño
al tacto de tu piel con mi cuerpo
ni el sueño los planetas
ni el universo dedicarte mi silencio
al latido en tu corazón perfecto...

Mientras el silencio nos condensa los labios
y ya la noche cae entre tus ojos;
entre mis ojos que osan mirarte
para caer en el tiempo detenido en tus manos
cuando mi piel se aferra a tus deseos...

Desnudando cada aliento tuyo,
en mis labios, a plenitud del arte
tu boca en el lenguaje lírico orgásmico
más allá del sentido literario
tatuarte de entre mi pecho
y yo tatuarme en tus labios libidos,
siendo lluvia en tus calles húmedas...

... solo para sentirnos entretejidos
con el sentido arácnico
de des-nudarnos y anudarnos
entre suspiros de un mismo aliento

Al tejido de tu epidermis
al veneno de mis pulsaciones
nerviosos el movimiento
a un tímido reencuentro con la muerte
besarte hasta quitarte la voz
y en un sonido me dejas
el orgasmo surrealista
del letal gemido lírico
ya cuando te beso a versos
en un poema escarlata
dejado por tu cuerpo...

Y no han entonaciones que pinten tu nombre
cuando ya se pierden todos los sentidos
en el tacto invertido de sentirte latente,
en el silencio implícito de beber tu voz
y a sorbos embriagarme de ti
quitando todo el rastro
de tu piel en mis labios...

Deshojando los pétalos de la noche,
de entre mariposas
metáfora de tus labios
volando entre la burbuja
polen de mis adentros
terminando en el clímax
de los roces de la vida
hasta mi tacto interno
en las oscilaciones de tu pecho...

Deteniendo la vida y probando la muerte
desde el dulce sabor del roce en mis dedos
y la perpetua agonía de desvanecerse
entre latidos intermitentes
que nos susurran versos convexos

En la eternidad de amarte
hasta que pierda
toda similitud con la realidad
y en cristales
seas tú la locura
impresa en la electricidad
que te canto de mis manos
al rozarte los cabellos
tu boca, tus besos, la complejidad de los sentimientos
volando como mariposas en la unión
de crepúsculo y la noche...

. . .