LA TORMENTA

Scorpion_05

Camino a mi casa por la calle desierta

En esta noche sin estrellas comenzó la tormenta

Sin alguna protección del inevitable clima traicionero

Deseaba en la oscuridad de la noche encontrarme algún lucero

 

Solo relámpagos me alumbraban

Los truenos retumbando en el cielo como cuando a la puerta me llamaban

Hacían que el agua se sacudiera de mi cuerpo cansado

Y dándome escalofríos, como cuando tienes al demonio a lado

 

Kilómetros y kilómetros me faltaban para llegar a mi hogar

Donde seguramente mi amor y mis hijos me han de esperar

Extraño mi cena y mi café caliente

Extraño a mi hija con su carita sonriente

Mi hijo por ser el mayor ha de estar  preocupado

Seguramente  pensara que algo malo  me ha pasado

 

Sólo camino sobre esta calle oscura

Con esta tormenta que a cualquiera hace perder la cordura

Sé que el camino aun es largo y despoblado

Sé que no hace falta más que ganas de llegar al lugar deseado

Ya que no tengo opción sigo caminando

De pronto un estallido a unos metros me dejo temblando

 

¡Un rayo!, un rayo que lanzo la tormenta para hacerme recordar

Que mientras soñaba, de la tormenta no me  podía escapar

Tenía que apresurar el paso, y de pronto sentí un jalón en el brazo

Sin un poco de valor mire a mi lado, cuando no vi a nadie me quede congelado

Sentí claramente mi piel avisarme que algo andaba mal

Me sentí acorralado e indefenso como cualquier animal

 

No quise gritar, pues nadie me escucharía

Solo aliento y tiempo con ello perdería

Sin más ni más me heche a correr

Escuchaba el cielo tronar como si se fuera a caer

 

Con seguridad había alguien detrás de mí  corriendo

Volteaba a segundos y solo veía lluvia cayendo

Escuchaba los pasos aun más cerca, dándome alcance

No había escapatoria por más kilómetros que yo avance

Sabía que algo me podría atrapar

Y el miedo de a mi casa nunca llegar

Me llenaba de rabia, pues a mi familia nunca volvería abrazar

 

¡Aléjate maldito! Le grite

Solo la ira de la tormenta con mi grito desperté

Un trueno sonó a los cuatro extremos de la tierra

Esta tormenta más bien parecía una guerra

El cielo se ilumino de morado

Con aquel rayo que me dejo  totalmente cegado

 

Se ilumino por completo la calle

Dejándome ver una figura delante que casi hace que me desmaye

Era un bulto parado a unos metros de mí y enfrente,

Me pare en seco y comencé a sentir mi sangre caliente

Era ira,  no era miedo lo que sentía

Lo note por la forma en que mi corazón latía

 

La tormenta no dejaba de caer

Y ese bulto frente a mi no se veía mover

Parado a unos metros de donde yo estaba

Sentía la lluvia y el sudor que por mi piel resbalaba

 

Los truenos y relámpagos cada vez eran más seguidos

Hacían que mi alma y mi valor  hicieran un solo sonido

¿Quien eres? Le grite con voz desafiante

-¡la muerte!- contesto al instante

¡Aun no es mi tiempo! Le grite casi llorando

¡Te irás conmigo! Me dijo mientras se iba acercando

 

El agua caía a cantaros como si se viniera abajo  el cielo

Con el terror en mis venas, sentía que mi alma trataba de correr sobre un bloque de hielo

¡No es mi tiempo! Le volví a gritar mientras se acercaba

Que se alejara a el ser supremo yo le suplicaba

Me dijo: -tu tiempo aquí se ha terminado, no sientas dolor por las cosas que hayas dejado-

No son las cosas las que me duelen perder, es mi familia que nunca mas volveré a ver

Sentía los truenos y los relámpagos carcajearse de mí

No hay palabras para explicar la rabia que sentí

La muerte misma había llegado por mí

 

¿Porque en medio de la tormenta? A la muerte le pregunte

Contesto: ¿no te gusta la orquesta que para tu bienvenida organice?

Frente a mí se poso lo que parecía un monje cubriéndose el rostro

Me preguntaba a mí mismo, que espeluznante cara tendría ese monstruo

 

Le dije firmemente: ¡tu cara yo quiero ver!

En ese instante la lluvia dejo de caer

Solo relámpagos al cielo alumbraban

Los truenos por ningún lado en ese momento se escuchaban

 

Dio un paso más hacia mí para mostrarme su cara

No me imaginaba encontrarme con una sorpresa tan rara

¡Era mi rostro el que en el ser se veía!

¡Es mi rostro! Grite mientras de mi se reía

 

-estas muerto- me susurro al oído dulcemente

En ese momento caí al suelo inconsciente

Abrí los ojos y me encontré en la sala de mi casa pero no había gente

 

Cerré los ojos tratando de la pesadilla despertar

Al abrirlos de nuevo vi una multitud que no dejaba de rezar

Mi ataúd estaba ahí enfrente

A lado mi esposa y mis hijos llorando desconsoladamente

 Tenía que ser una pesadilla de la cual tenía que despertar

Sino a mis hijos y esposa nunca podría volver abrazar

 

Cerré los ojos y comencé a llorar con una triste agonía

Sentí una mano cálida que con una caricia a mi llanto respondía

Era mi esposa a mi lado sentada en una silla

Me dijo, -tranquilo mi amor, tienes fiebre tan solo fue una horrible pesadilla-.

 

^Scorpion_05

  • Autor: ^Scorpion_05 (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 17 de octubre de 2012 a las 12:53
  • Comentario del autor sobre el poema: Espero que les guste esta historia con toques poeticos, es una de lo tantos escritos viejitos que tengo, este data del 2005 Saludos. ^Scorpion_05
  • Categoría: Cuento
  • Lecturas: 115
  • Usuario favorito de este poema: El Hombre de la Rosa.
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Comentarios1

  • El Hombre de la Rosa

    Un bello cuento escrito en verso y prosa de buena rima y con mucha garra poetica.
    Un placer leerlo amigo Scorpion_05
    Saludos y amistad

    • Scorpion_05

      Al contrario un placer tenerlo de nuevo por aca, muchas gracias por sus comentarios.

      Saludos cordiales



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