AMORES DE ESCLAVOS (Capítulos 7 y 8)

ALVARO J. MARQUEZ

“El camino a la venganza”. Capítulo 7

En la mente del coronel en el otro plano
hay pensamientos que lo atormentan.
Dice a Salvius “no puedo entender hermano,
estas son cosas que no las creo si me las cuentan”.

“Ver en estas circunstancias a mi hijo
ordenando algo que en esta casa nunca se vio
y tuvo mucha razón cuando dijo
que algo así jamás lo habría permitido yo”.

“¿Qué está pasando en mi familia, amigo?
¿Por qué Dios permite que cosas así pasen?
En mi casa nunca se habló de dar castigo,
¿por qué ahora sí lo hacen?”.

“Las amenazas de este hombre malvado,
no se habrían producido si no lo visitan”.
Responde Salvius “vemos las cosas desde este lado,
hay lecciones que aprender todos necesitan”.

“No juzgues a Dios por lo que pasa,
una buena educación y formación dejaste,
pero aún están por pasar en esta casa
cosas que nunca imaginaste”.

“No podemos intervenir amigo mío,
sólo observar lo que está por suceder,
tus hijos son sensatos y tienen libre albedrío,
en su momento ellos sabrán cómo proceder”.

El Barón Macedo en su casa, un día después,
manda a buscar a Juvencio, su cruel capataz,
“a esa gente hay que visitarla otra vez,
vas a ir tú y escucha bien lo que harás”.

“Les dirás que discutimos y te despedí,
que el odio hacia mí a su casa te trajo,
muéstrate como víctima, que sientan pena de ti
y verás qué rápido te darán trabajo”.

“Les exigí que azoten a ese negro inmundo,
pero de que lo hagan no guardo ninguna esperanza.
Mi odio hacia ellos aumenta cada segundo
y los haré caer en mi venganza”.

Doña Marta, la esposa del Barón,
escucha todo en silencio y no lo aprueba.
Se preguntó “tanto deseo de venganza en su corazón
¿hacia dónde lo lleva?”.

"Juvencio, el nuevo capataz". Capítulo 8

Dos horas más tarde llega Juvencio a la casa del coronel,
hay inquietud entre los sirvientes por su presencia,
“Buenos días Don Alberto, Doña Luisa” dice él,
tuve problemas con el Barón y les ofrezco mi experiencia”.

Ante la mirada incrédula de Doña Luisa y Alberto
prosiguió Juvencio su falso relato.
“Tal vez ustedes piensen que no es cierto,
pero en verdad estoy cansado de tanto maltrato”.

“Sé que el Barón les exigió azotar al negro aquél
y también sé que a hacerlo no se atreven,
pero les aseguro que como trabajador soy fiel
y confiar en mi capacidad es lo que deben”.

Doña Luisa y Alberto se miraban mutuamente
y desde el otro plano el coronel presenciaba todo.
Dijo Alberto a Juvencio “no nos gusta ciertamente,
pero la verdad es que no hallamos otro modo”.

“No se preocupen, -Juvencio responde- sabré actuar
si en mis manos delegan esa responsabilidad,
tengan la seguridad de que no lo voy a lastimar
y terminaré el trabajo a la mayor brevedad”.

Alberto decide darle el chance al malvado capataz,
“te daré una oportunidad, vamos a probarte,
haz tu trabajo y tú mismo nos demostrarás
si en verdad debemos contratarte”.

Romualdo encerrado en su casa por orden de Alberto,
escucha el rumor de que Juvencio está en la hacienda.
“No lo puedo creer Dios, no puede ser cierto
que a un canalla como él, mi patrón lo atienda”.

El tío Juan, un anciano que es para todos un abuelo,
está visitando a Romualdo y le habla con sapiencia.
“No culpes de esto al patrón ni a tu Dios del cielo,
esto es solamente fruto de tu desobediencia”.

“Pero tío Juan, -Romualdo habla- Juvenal es inocente,
yo no podía aceptar esa orden que me daba el patrón”.
“Nosotros -dice el anciano- recibimos mucho amor de esta gente,
debiste pensar que para eso, había alguna fuerte razón”.

“Ahora en manos de otro dejaste por negarte,
lo que en tus manos habría dolido mucho menos,
creo hijo mío que debes prepararte
para ver acontecimientos nada buenos”.

Continuará...

El capítulo 9 de mañana:
“Horror en la hacienda de los Sousa”
Ver métrica de este poema
  • Autor: EROS (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 4 de octubre de 2012 a las 00:50
  • Comentario del autor sobre el poema: Hago la entrega de estos capítulos en momentos en que me entero de la muerte de Jaqueline Martínez, alguien muy especial en mi vida y para quien yo fui también muy especial. Paz a tus restos Jaqueline, yo nunca te olvidaré.
  • Categoría: Espiritual
  • Lecturas: 150
  • Usuarios favoritos de este poema: Hija del Sol, El Hombre de la Rosa, Henyer, amore_jet.
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Comentarios7

  • Alejandro O. de Leon Soto

    esperare ......esperaré.....saludos Alvaro.

  • El Hombre de la Rosa

    Podrias escribir una bella novela con tu preciada historia amigo Eros, esperaremos impacientes la proxima entrega.
    Que descanse en la paz de Dios nuestra amiga Flor de Cerezo.
    Un placer leerte
    Saludos y amistad

  • JADE FENIX

    Cada vez mas escalofriante, te sigo...
    un abrazo, besos.

  • Hija del Sol

    Continuaré...continuaré...continuaré...esperando más letras...está buenísimo todo esto!!!!


    Abrazos y te acompaño en tus sentimientos por el deceso de la poetisa Jaqueline Martínez.

  • claudia07

    IMPACTANTE Y APASIONANTE HISTORIA ...GRACIAS POR COMPARTIR TU TALENTO AMIGO POETA ..ABRAZOS

  • linda abdul baki

    ESPERANDO EL DESENLASE
    CON MI APRECIO

  • amore_jet

    Pues triste porque aunque no la conocí supongo que la querian mucho y se que fue una gran persona por medio de otros... Un abrazo

    Excelente poema! esperando la siguiente tanda de historia... un abrazo te quiero!



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