Campos desaliñados

Por qué razones manda, impera el desatino,

y se levantan muros, donde habían veredas.

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Cómo es que muda quedó tu voz,

cuando es tan clara la luz que ves.

Si en tu espíritu anida el amor,

que hila, junto al pensar, gran saber.

Cómo has podido vestir tu voz,

con la sonoridad del silencio,

negar la musical comprensión,

que sabia brota de tus adentros.

Observa bien a tu alrededor,

el llanto de otros que rondan presos,

dentro de una espiral interior,

que como laberinto es encierro.

Hay tragedia en aquella visión,

cual se evade del propio espejo,

y relegando su parte atroz,

coge de muchos, tan sólo un tiempo.

Al conversar arropa tu voz,

pon fino lino en limpios consejos.

Tenga tu agua, tu río, el rumor,

salud que quite sed al sediento.

Por qué, paralizados tus brazos,

se apartaron de plantar semillas,

cuando éstos, son llamados por campos,

en que se cierne estéril el día.

Cómo es que enmudeció tu garganta,

como pudo callar, no exclamar,

al contemplar los campos quemados,

al ver, la que era tierra fértil,

convirtiéndose en tierra baldía.

Cómo es que, desechamos la flor

y vestimos dolor, innecesario luto.

Cuando para vivirla, la vida no pidió,

pago alguno, ningún miserable tributo.

318-omu G.S. (Bcn-2012)