Dejemos hablar a nuestros cuerpos desnudos, dejemos mudas las palabras. Podremos escuchar los gritos sordos, las lágrimas ardientes, que sin quererlo, piden más.
Cuando mis manos heladas, enfrían tus cálidas mejillas.
Cuando, a veces, busco tu cuerpo en la oscuridad, y darme cuenta de que no estás.
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Autor:
Irene Pascual Salvador (
Offline) - Publicado: 29 de septiembre de 2012 a las 08:39
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 68
- Usuario favorito de este poema: Raúl Daniel.
Offline)
Comentarios2
TRISTE.....pero con lindo contenido poético.....saludos IRENE
Anhelo, y recuerdos..Bello, amiga
Abrazos
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