Después del trazo indebido

omu

 

Tormenta fiera encrespa las olas,

terrible es la tormenta que arrecia sobre la mar.

Cuando menos se la espera llega;

e inunda los espacios, quita el aire y ahoga,

a aquel que no aprendió a nadar.

 

 

Y yo, en el buque, no avisto la tierra;

como grumete, dentro de la cesta,

observo el horizonte en lo alto del mástil. 

Ojeo la desafiante tormenta

mientras es zarandeado mi cuerpo mortal.

 

 

Húmeda está la lente del catalejo.

tensos mis músculos todavía resisten

con su equilibrio al punto de ese límite,

donde las fuerzas se pierden y quiebras.

 

 

Rayos y truenos desmandan el mar,

igual golpean las sombras;

como mi esencia inmortal.

Temperamental dominio, insurrecta calma

la de la inhóspita tempestad.

 

  

 

***   ***

                                                                 

                                                                  Antes que el agresivo golpe o grito,

o que la corrosión portada por el rencor.

Antes que cualquier angustioso suplicio...

echar mano de una hábil goma de borrar,

que depure el boceto inacabado de carbón,

y elimine todo atisbo de rancios tiempos.

 

 

   ***   ***

 

Más allá de punzantes palabras

cuales se hincan siendo alfileres,

traspasando ese umbral se presenta,

tan cabizbajo como solemne,

el franco sentir que arma

impregnado de sana nobleza;

un preciso redoble.

Un prólogo cual insta al progreso,

un calmado y expresivo "lo siento".

 

 

De pie declama sincero,

desde su alma argumenta

un guión de arrepentimiento.

 

 

Más allá de timbres que son:

la sal y su quemazón.

La embestida con ácidas lanzas

o la estridencia de alarmas.

Más allá; la elección.

La deriva o el naufragio,

el coma o la resurrección;

la elección como invento.

 

 

Que nunca se cansen, que siempre resuenen;

los pálpitos que recitan

un amoroso "lo siento".

 

Pues, cualquier "lo
siento" comporta

que amigos de antes (tras rencilla)

sean amigos de nuevo.

 

 

"Lo siento", y es porque comprendo

Tambor suavemente tocado.

Del manso arroyo; el murmullo.

La voz que acaricia con dedos.

Cuando "lo siento" yo recupero;

la deuda, el diezmo antiguo

que di, ya hace algún tiempo.

el alimento necesario, la palmada

y el saludo que rebosa aliento.

 

 

Un simple llano es "lo siento";

sílabas organizadas,

orden en letras compuestas.

Compuestas con la perfección (y por la imperfección blandidas)

que nos funden con otras almas y recuperan;

aquel tiempo que se fue junto al reloj perdido.

 

 

Vale servirse del viaje astral (para que él salude)

(también) reconocer los fundamentos del declive,

para así saber esquivar

los surcos al pasar;

precipicios creados con el acto y decir;

improcedente e indebido.

 

 

Hay esperas que esperan

escuchar un "lo siento",

no desisten de negarse,

valientes no se rinden

a traidores improperios.

 

 

Esperan la muda reflexión,

que cambien su rostro las sombras

y muestren su mejor semblante,

que se extingan las llamas heladoras,

del profundo, en el ingrato averno.

 

 

Cuando se vuelca honesto,

un "lo siento" rehúsa,

de la bestia, el mordisco;

improperios sangrientos.

A los lobos les mella

aberrantes colmillos,

ya estuvieran la envidia

o la inseguridad,

que cojea y convoca

a ese rastro endiablado

de los celos malditos.

 

 

Si es sincero un "lo siento",

golpea más potente,

que rabiosos los puños;

iracundos, dementes,

cuando rompen las puertas,

de forma vehemente,

con nudillos de acero

y furia persistente.

 

 

Se agradece un "lo siento"

con su abrazo liviano,

limpio por ser decente;

cuando lleno de ganas

en los oídos se prende

y a la mente restaura,

con un beso en la frente.

 

 

Estudioso construye;

desestima forjados,

frágiles, impotentes,

y elabora el cemento,

que une más a las gentes.

 

 

Desenreda la lana,

resitúa los juicios,

un "lo siento" reclama,

levantar la persiana,

descorrer los visillos,

contemplar la bondad,

ver fuegos de artificio.

 

 

Desguaza telarañas,

alisa precipicios,

hereda aquella alianza,

de amar y amar con ahínco.

 

 

Portador mi "lo siento",

de un inmenso te quiero;

preña la coherencia,

él alumbra el perdón

obteniendo disculpa.

Hace lindos peucos

para nietos e hijos

con un punto parejo.

 

 

Más allá de palabras y de timbres,

de posturas y formas inadecuadas.

Más allá engrandece cualquier despertar,

la Voluntad, con buenas intenciones casada.

 

 

La que anega el voraz infierno,

que despiadado, azuzando obliga

a fríos gestos violentos.

La que adhiere al enfermo aire sano

y jamás contempla restar respiros.

 

 

318-omu G.S. (Bcn-2012)

 

  • Autor: omu (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 29 de septiembre de 2012 a las 07:43
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 37
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