EL ENTIERRO

JUSTO ALDÚ

 

Yo no quería asistir. No estaba acostumbrado a esos eventos sigilosos, místicos y plañideros.

Algunas veces los veía pasar desde mi ventana, pero nunca me atreví a preguntar quién era el finado. Eso no me interesaba, al contrario, me producía escalofríos y extrañas sensaciones. Por eso no estaba dispuesto a asistir.

Casi no recuerdo cómo pasó, pero en un instante me encontré completamente vestido y bajando el ascensor. Una fuerza desconocida me impulsaba y no me permitía retroceder. Iba en contra de mis deseos refunfuñando  por dentro al no poder impedirlo.

Casi no sentía mis pies, ni mis manos, ni mi cuerpo, pero eso era lo que menos me importaba. Ahora más que nunca sentí un dolor muy grande en mi pecho. El estómago coreaba un inminente desalojo al ver el féretro. Todo me daba vueltas.

Nunca me habían gustado los entierros, pero ya estaba allí y tenía que cumplir con la sociedad; ensalzar las virtudes del difunto, poner cara de dolor por su partida y llevarlo lo más rápidamente posible al agujero para terminar con el suplicio.

La capilla estaba llena de personas que lloraban y no quise mirar sus caras por temor a contagiarme de lágrimas. Ver sus rostros me llenaría de ira. Para mí la mayoría de los asistentes a estos actos son hipócritas. Solo llevan flores llenas de dolor y después olvido a las tumbas.

Desde el primer momento pude ver que faltaba quien ayudara con el féretro. Todos querían ir detrás, pero nadie quería cargar el muerto. Extraña forma de querer –pensé-

Recuerdo que pesaba mucho y sudé como un loco. Cada paso era como drogarme nuevamente; aspirar el letal polvo una y mil veces hasta quedar exhausto y eufórico al mismo tiempo... sentía un poco menos de vida.

Ya no podía soportarlo y pedí ayuda, pero no me escucharon. Era como si no existiese.

Lo más curioso es que no me sentía los pies, ni las manos, mucho menos el cuerpo. Al comenzar el último responso en el cementerio finalmente me atreví a echar una ojeada al cadáver. Entonces me di cuenta que era yo.

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Comentarios9

  • nellycastell

    Caramba qué manera de jugar tú con uno....que susto me diste. Pero no obstante te debo felicitar por lo bueno que te quedó, uno espera ver quién es al final y sorpresa que se lleva....muy bueno amigo, un fuerte abrazo lleno de cariño para ti.

    • JUSTO ALDÚ

      jajaja. Gracias Nelly. No creas que hasta a mi me causa un poco de estupor cada vez que lo vuelvo a leer.
      Besos bella cubana

    • Alejandrina

      Que buen cuento Julio, como ejercicio, como una suerte de catarsis es ideal para desprenderse de esos sentimientos que nos atormentan, los dolores y decepciones y enterrarlos a ellos antes que ellos a nosotros. Me gusto un montón . Saludos amigo, desde el sur .Aleja.

      • JUSTO ALDÚ

        Gracias, es para cambiar un poco y no escribir siempre poesía. Tengo algo de teatro también, pero tu sabes que el teatro es para ser interpretado.
        Si, es como una catarsis...

        Saludos

      • Gloria Rivas

        Lo sospeché desde un principio, aunque ustedes no me lo crean, bueno, desde un principio no, sino desde cuando comenzaste a bajar el ascensor y no sentías tus pies ni tus manos... Nadie sabe que se siente al morir, pero es lo mas cerca que se puede decir de este paso hacia la eternidad. Buena narrativa y excelente imaginación...captaste mi atención y la mantuviste cautiva hasta el final, para resolver el misterio que ya había intuido.

        • JUSTO ALDÚ

          jajajaj. Mira que me ha causado mucha risa tu comentario. Lo que dices tiene lógica. Así mismo es. Esa era la idea, captar la atención.

          Gracias por comentar


          Saludos

        • ROSEMARIE M CAMUS

          Qué genial... sin duda tenías que ser tú... uf... yo tampoco asisto a estos rituales... y me pasará lo mismo que al finado de esta entretenida historia... jajaja...

          Besitos y felicitaciones!!!

          • JUSTO ALDÚ

            Ni modo que te asomes y te veas a ti misma. Ufff, te vuelves a morir jajajaja.

            Gracias por pasar por mis letras amiga

            • ROSEMARIE M CAMUS

              Ya lo creo, una vez tuve un sueño en que me veía a mi misma cuando tenía como 5 0 6 años y la impresión fue inmensa, imagínate si me veo muerta, bien dices, me vuelvo a morir... jajaja

              Besitos.

            • la negra rodriguez

              lO SOSPECHÉ DESDE EL PRINCIPIO, MUY BUENO DE V ERDAD.
              BESOS.

              • JUSTO ALDÚ

                jajaja. Es que con tu mente de escritora es lógico suponerlo amiga. Pero ya te engañaré en alguno.
                Besos...

              • JUSTO ALDÚ

                Gracias por tu preferencia Margarita, estoy anuente a tu dificultad en comentar desde el móvil.
                Saludos

                • MARGARITA ***

                  Buenos días. Me ha gustado tu relato no cabe duda que eres un maestro, has logrado mantener la espectación del lector, algunos han acertado al final, pero no deja de ser un tema fuerte y doloroso.
                  Siempre nos es difícil enfrentar estos temas, a nadie le gusta asistir a los funerales, en ocasiones podemos tomar prestado alguno de los cientos de pretextos para no asisitir, ¿para qué sufrir...?, es cierto te contagias "del dolor" de los demás, más que por el difunto, que al fin y al cabo paso a mejor vida, tal vez lloramos por nosotros porque se fue alguien querido.
                  Pero hablar del funeral de si mismo habla de tu fortaleza, madurez y conciencia de tu vida misma... ¡¿me creerías que yo lo he pensado también del mío, y que incluso ya hay instrucciones escritas... ? Mientras tanto a seguir disfrutando cada segundo de vida, a tomar la vida por los cuernos... y como dicen nuestros amigos españoles: Venga!!!
                  Y tu querido Julio sigue regalándonos tu talento...

                  Mil besos

                  • JUSTO ALDÚ

                    Que raro, esto como que era al revés ah??? Primero te comentan y luego se responde... jajajajajaj

                  • Hay 1 comentario más

                  • Diluz

                    Un cuento muy bien narrado y totalmente original, por mas que uno no quisiera se nos va poniendo la piel de gallina al ponernos en el lugar del difunto que camina.
                    Te dejo mi cariño, y me alegro haya sido solo un cuento!!!
                    Cariños
                    Diluz

                    • JUSTO ALDÚ

                      Menos mal que es eso... Un cuento...Gracias por estar amiga...

                      Un fuerte abrazo

                    • MIRIAM RINCON U.

                      BUEN ESCRITO AMIGO,UN PLACER VISITARTE,ABRAZOS.

                    • Robert Goodrich

                      Uno de los mejores relatos que he leído.
                      Saludos,
                      Robert



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