Quise no ver, pero vi tu figura
y un elixir nuevo que te embriagaba.
Allí en tu cáliz bebí la amargura,
traidor veneno que mi alma mataba.
Quise pensar, pero la mente, herida
sin ideas quedó petrificada.
La voz sola, con miedo, sorprendida,
la palabra enlutó y quedó callada.
Quise olvidar, no pude. Sin confianza,
cerrada toda puerta a la esperanza
me encontré en el final de mi camino,
fuiste tú, socio fiel de mi martirio,
la visión falseada en mi delirio
quien dejó muerto en vida mi destino.
Autora;
Amelia Suárez Oquendo
Amediana
24 de julio
-
Autor:
Amediana (Seudónimo) (
Offline) - Publicado: 24 de julio de 2012 a las 04:03
- Comentario del autor sobre el poema: Así como pensamos en cosas agradables y nos inspiramos, alguna vez un desamor también te inspira. Este es el caso.
- Categoría: Triste
- Lecturas: 72
- Usuarios favoritos de este poema: Amelia Suârez Oquendo, angel_twin_93@hotmail.com, Jareth Cruz, El Hombre de la Rosa.
Offline)
Comentarios5
Amiga del alma, no hay sentimiento mas intenso -luego de la muerte-, que la traición del amor, cuanto duele, tus letras de hoy dejan estela de profundo dolor, mas sin embargo hechas con sutileza que escribir poesía.
Abrazo cálido y sentido de este viejo trovador de sueños, espero sirva de algo para reconfortarte a pesar de la distancia, tiernos besos para ti, feliz y bello día -esta viva y respiras- eso ya es vivir.
Una maravilla, me ha encantado. Saludos. Bendita casualidad.
EL AMOR NO FACIL SE OLVIDA HERMOSO POEMA UN ABRAZO AMIGA
y muy bellas letras
inspira la tristeza
un abrazo
Hola, querido amigo. La tristeza pasa. El amor de nuestros corazones siempre queda. Lo importante seguir amando y ser feliz. Ese es mi caso. Gracias por tu apreciado comentario.
Cariños.
Quise olvidar. No pude. Sin confianza,
cerrada toda puerta a la esperanza,
me encontré en el final de mi camino,
fuiste tú, socio fiel de mi martirio,
la visión falseada en mi delirio
quien dejó muerto en vida mi destino.
Amediana tienes el don de las antiguas poetisas que cantaban a los Dioses en el foro Romano.
Un placer leerte.
Saludos de afecto
Tu comentario es un elogio fabulosos a mis humildes letras. Gracias, amigo.
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