Emparedado de Mujer

Nicolaus

Cerré mis ojos, pensé en que todavía faltaba camino para llegar a  casa, viajaba en el transporte, voltee mi cara y encontré a una mujer, usa lentes, se ve muy bien, maniobra con sus delicadas uñas rojas las páginas de un libro, parece concentrada, parece perderse en los mágicos pensamientos de el autor, el libro tiene por nombre ‘Acepto’, la idea del matrimonio fue lo primero que llego a mi cabeza, leía con sus labios, rojos también, y de vez en cuando cuadraba sus lentes de manera cómoda. Debo decir que yo leía en ese momento ‘Doctor Pasavento’ y por primera vez en varias semanas descubriéndolo, sentí que no quería leer más y que enfocaría mi atención en imaginar a esa tierna chica.

Imaginaria sus ojos porque me eran esquivos, no tenia duda que eran hermosos, el  libro se iluminaba con el pasar de sus hojas, acción que era hecha claramente con sus muy blancas manos, frágiles, pero muy firmes a la hora de acariciar la tinta, recuerdo sonreír y pensar en tener mucha suerte, su aroma era indescifrable, similar a los muy cultivados jardines de lilas, me entrometí en su lectura: ‘ La luna que recorrí era luna llena, y la contemple hasta que dio su última función’ Y luego dije para mis adentros, es la definición para un momento más perfecta jamás imaginada, me emociono la idea de pensar que el libro era mi amigo. Sonreí de nuevo.

Minutos mas tarde cuando las ideas locas jugaban a fabricar alguna idea dentro de mi cabeza, subió otra mujer al transporte, se sentó sobre mi lado izquierdo, vestía de negro, rizos rojos y la señal en su mirada de haber sido lastimada, imagine una bailarina de ballet en medio de un bosque, organizaba los parpadeos con cada segundo que pasaba, los ojos en un punto fijo..Luego de un rato tal vez recordó algo y sus manitas revoloteaban en su gigante bolso intentando esperanzadamente encontrar algo, se rindió y luego cerro su puño con algo de ira, saco un labial, pinto sus labios, impregno al transporte de cereza, suspiro hondo y luego escribió en una libreta..Hay supe: lo que leía la mujer de mi derecha lo escribía la de la izquierda y yo en el medio, testigo de una tensión mágica, el poder de dos mujeres me habían encarcelado en la mas bonita prisión..

Fui feliz cuando baje primero, no hubiera soportado verlas partir! Ahora las puedo ver aquí, ahora, ella sigue leyendo, ella sigue escribiendo.

  • Autor: Nicolaus (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 12 de julio de 2012 a las 23:05
  • Categoría: Cuento
  • Lecturas: 19
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