KARMA

seateen

Noche, la deliciosa parte del día en la que celebro mi incursión a la paz.

 

Hoy en particular hay humedad en el ambiente y toda la gente corre a refugiarse a sus casas o en cualquier techo que les sea lo suficientemente amplio para permitirles resguardarse del violento caer de las gotas. Yo disfruto de la soledad que dejan en las calles, me paseo tranquilamente por ellas sin que nadie este a mi vista, salvo mi propia sombra.

 

Comienza a desaparecer la lluvia  y ya no escupe con tanto odio su desesperación de ver los techos secos y sucios de la Ciudad.

 

Camino el tiempo suficiente y mi estómago vacío, parlotea quejas por su hambre.

 

Me detengo, y mientras urgo en los bolsillos del pantalón la cajetilla de cigarros que contenga mi falta de alimento, encuentro una nota de hace dos días del consumo de dos cafés en Sanborns, con una inscripción en la parte de atrás escrita con lápiz cuyo carbón obscuro se rehusa a borrar su contenido, y que comienza diciendo algo así:

 

“ Ahora te escriben flores o te regalan ramos de poemas? ”.

 

Es mi letra la que se encuentra ahí, como si fuera el inicio de un gran comienzo. Pero nada, es lo único que esta escrito.

 

La arrugo y es una bolita de papel que lanzo al aire y pateo sin que llegue muy lejos, dos metros quizá, cerca del charco que se hizo del recorrido de agua que se hace por la grieta que hay en la banqueta.

 

Vuelvo a buscar en mis bolsillos y la cajetilla me muestra mis últimos tres cigarrillos. Sigo inmóvil, de pie y comienzo a fumar, observo como el charco comienza a hacerse grande y se acerca al ticket de papel que hace un momento tiré.

 

Me arrepiento de la basura que he botado irresponsablemente y camino un par de pasos para levantarla. Como si se tratara de un documento importante vuelvo a extenderlo y doblo con cuidado a la mitad el papel que ahora guardo en el bolsillo de mi camisa.

 

Regreso a mi hogar y el camino pareciera brumoso debido a cada bocanada de humo que sale de mi boca. Llego calmado, totalmente relajado de mi paseo nocturno, atravieso el patio abro la puerta de la casa y entro. Estoy mojado, apoyo un talón de mi pie contra el otro y el zapato derecho sale volando hasta estrellarse en una de las paredes de mi cuarto. Hago el mismo movimiento en mi pie izquierdo y me quito el pantalón para cambiarlo por el pants que deje en la cama. Camino sobre mis calcetines que marcan sobre el piso cada paso que dirijo al ir closet en donde me deshago de ellos y meto mis pies congelados en mis pantuflas secas.

 

Depués dejo el saco en el gancho que queda colgando en la chapa de la puerta, pero detengo el movimiento de mis manos que estaban ocupadas en los botones que iba abriendo uno por uno en mi camisa, cuando miro el desastre ocurrido.

 

Recuerdo el contenido que pudo ocasionar el accidente y la nota que doble y guarde con cuidado ahora es en la palma de mi mano una pasta de papel deshecha.

 

Me doy cuenta entonces que el karma existe hasta en un poema que quise olvidar, tirar , que dejé inconcluso.

 

Que me reclamo su triste final en una mancha gris en el bolsillo de mi camisa blanca.

 

Tomo entonces una pluma de mi mochila, un papel seco y comienzo a escribir de nuevo:

 

 “Ahora te escriben flores o te regalan ramos de poemas??.”

 

 

 

 

 

  • Autor: seateen (Offline Offline)
  • Publicado: 9 de julio de 2012 a las 23:47
  • Categoría: Triste
  • Lecturas: 72
  • Usuario favorito de este poema: valy omra.
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Comentarios1

  • valy omra

    Mucho talento narrativo en tus letras amigo querido , quede gratamente sorprendida por este melancólico y divino trozo de buena literatura .
    Un gran abrazo !!!
    Valy

    • seateen

      Valy, hacia tiempo que no sabia de ti!!!.
      Mucho agradezco tus comentarios, me hacen sentir muy bien.
      Un abrazo mi queridisima amiga.



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