El anciano
En plena calle se cayó el anciano,
cayeron sus juguetes, su sonrisa,
saltó su corazón de la camisa,
la misma soledad soltó su mano.
Y no es que alguien lo asista cual a humano,
es que ya de sí mismo se desliza,
se ve caer a solas, se divisa
perdido de sí mismo y de su hermano.
La sangre que brotó nos brotó en vano,
su mancha en la ciudad se hizo ceniza,
su grito se escuchó, pero lejano.
Por eso, viejo yo, me voy sin prisa,
no quiero repetir el golpe insano,
ni en lo indolente huir risa tras risa.
07 07 12
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Autor:
Óscar Pérez (Seudónimo) (
Offline) - Publicado: 9 de julio de 2012 a las 16:37
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 115
- Usuarios favoritos de este poema: Trovador de Sueños ...y realidades., elvira olivares.
Offline)
Comentarios4
Oscar, tu poema tiene ritmo, tiene gracia y tiene mucho sentimiento! Felicitaciones!!
ABrazoss
Agradecido de tus palabras, María, abrazos para ti y el mejor de los fines de semana.-
Me conmoví al leer el soneto , me maravillé la defensa que haces de los ancianos , digamos tercera edad...una reflexión necesaria en tus versos.Por ahí un día leí "todos llevamos un viejo colgado ..."
un abrazo mi admirado profe
BELLO POEMA!!!
Pero no sólo un viejo, también un adolescente y un soñador que espera por tiempos mejores para sí y para todos. Saludos, pepita.-
Una a una tus letras, con ese sentido de llegar a esa edad, hermano, hermoso sentir de tu alma noble, has defendido la bandera que nos arropa a mucho, seguro que los demás no irán? Ya veremos.... Gracias, mil gracias, hermano del alma, por compartir tan bellas y sentidas letras.
Te dejo acá, un fraternal y sentido abrazo para vos.
Mi abrazo es para ti, la juventud de todos modos persiste en el alma, el tiempo no es más que una excusa para olvidarlo. Saludos, Óscar.-
Bello poema para quienes trabajaron mucho en la vida
y se han hecho grandes, ojalá que podamos cuidarlos
por amor siempre.
Muy lindo tema que nos implica a todos.
Besos amigo
Bueno, y ojalá a nosotros también alguien nos cuide cuando entremos en esa etapa de ser sabios y no correspondidos. Saludos y abrazos, Elvira.-
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