Intitulado CXXXIV

Antes de escribir las cosas me miran… me miran las paredes como ansiosas aves carnívoras, el techo guinda como un primate impaciente, mi silla estira su espaldar como el cuello de una alta jirafa, la puerta se abre sola, lentamente, cuidando no hacer ruido con sus delatoras bisagras oxidadas, la ventana no parpadea, permanece abierta. Tomo mi pluma y a las sombras se les ven los ojos, así como al viento sus rodillas rotas y las nubes a los lejos poco a poco se convierten en cercana neblina, afuera. Tomo mi pluma y las cosas me miran porque es la única forma que tienen de saber de ti.  

LRL

29-5-2012