EN EL INTERIOR DEL CUERPO

Cambia por lo que más quieras

Tu aprecio por la crudeza de nuestras <<condiciones>>

Yo voy a estar dispuesto a averiguar lo que somos,

Más allá del daño y las promesas,

Así tenga que pescar solitario en las aguas mas frías,

Así tenga que concatenar a costas de mis vitales lagunas

Un motivo que justifique lo íntimo de la contrariedad mía.

Antes de revelar una crisis pasiva

Te advertiría a propósito de las palabras que no he dicho;

Copos significados en una gravedad mínima,

Tardía capa de lo irregulable,

Deshielo ceremonioso de una altitud impar.

Que no se te ocurra aguardarlas abajo,

Cuando ya hubiesen aceptado

la totalidad del inmemorable ocaso.

Nada será tan fresco a la proposición de conservarlas

Vivas en unas sienes suaves;

Nada será capaz de escindir lo que han comunicado

Mientras estés respirando para recuperar

El esporádico ápice de la sinceridad,

Mientras insistas desprotegida en incurrí

Al alcanzable de tus labios

Y mientras más respondas

A la consecución de lo inviolable.

 

Nunca fue tan verde el invierno,

Ni se abrieron tantos ligeros azules a unos mismos ojos.

Nunca me perderé en la memoria de nadie,

Aunque debiera llegar solo

Y sin anhelos al calor de tus pies.

Si esta lucidez me ha servido

Para estabilizarme a los montes;

Como no habría luego de arrojar

asombrosas ligerezas humana

sobre tus acentuados pestañeos;

como no habría luego

de sacudir el árbol cargado de fijaciones,

para oír desaparecer mas excusas

de las que maduran contigo,

mas hojas de las que necesito

para cubrir mis previsiones.

 

Tendré que hacer con esta alegría

Tanto como con lo que descubra ahora;

Tendré que seguir, sin permitir que mis ojos cierren:

No extravíes tu noche todavía,

Allí donde no voy a soñar nunca,

No concluyas en que será fácil,

Después de enervar tales enredaderas.

 

Mas próxima habrá de apagarse la ilusión,

Bajo la realeza que junto;

Viendo desde aquí todo aquello

Que no has de soportar sola,

Como te alientas en una boca distinta;

Viendo en tus vencidos parpados la caricia extinta,

En tus insatisfechas manos algo de la vaciedad toda