Posiblemente...de mil maneras

 

 Adultero; el suicidio.

Se complace extirpándole

fragmentos a una de las existencias,

que incompleta le pide,

descubra el enigma,

responda al jeroglífico,

ruede completando;

la cara de otro puzle.

o un enrevesado crucigrama.

Voraz, burla los centinelas de nuestra razón,

esquiva la débil conciencia.

Aborda el placer al hurtarnos los de aquí,

desajusta estos sentidos.

 

 

   ***   ***   ***

 

 

De cuando dos minutos son eternos,

significan media vida.

De cuando...desde gruesa soga pende el cuello

y el apriete del nudo provoca lenta asfixia.

 

 

Sobre los dos segundos que esprintan,

cuales determinados optan por ser veloces y son fugaces

-por la caída libre-

Que decididos, viajan como un cometa, y contra un planeta chocan.

Raudos descienden,

precipitándose en la bajada.

Quedan siendo argamasa 

síntesis de órganos deslucidos,

la respuesta al reto y el despecho

a razones perdidas; elementales.

Tan banales, rudas, soeces o ignorantes,

como cultas, audaces, constructivas y capaces

de emprender, la estrategia en el combate.

Las vísceras rebozan el cemento y el asfalto,

sangre e ilusiones abandonan la calzada.

Y aprovechando pecados;

esperpénticos ángeles se confiesan

ante bellos demonios,

pintores de vicios, de decadencia,

también, de las virtudes humanas que dobladas todavía

                                                        esperaban.

 

 

Pendiente;

del impulso cobarde y valiente.

Siempre a expensas; del bravo capote o del ruego manso,

del sobrio pensamiento y del desequilibrado acto.

Pendiente del instante cuerdo,

o de aquella locura que puede devenir en el entreacto.

Dependiendo de los acontecimientos,

de las circunstancias y su vorágine.

Esperemos...al echar los dados; confiemos y esperemos...

 

 

 

No suceda aquel impulso que se desquite,

que desgrane la oscura cavilación,

que hunde cuando combina:

el pasivo y arduo letargo

con la violenta excitación.

Quiera no darnos cita, el paso adelante

que tirita de frío.

Al contactar con el helor de la eléctrica muerte,

que estridente recorre, el largo extendido,

incluso los prohibidos, de las férreas vías.

 

 

Debido al coma etílico;

fruto de rebuscada evasión.

Por la ingesta que acuchillando...

causa la sedación.

Cual traspasa corpóreas fronteras,

culminando en un ictus sin retorno.

 

 

Afirmando la utilidad

del fino extremo, del filo afilado.

Afianzado en el deseo de riego,

del húmedo riego,

que empapa moquetas y llena bañeras,

que tiñe escarlata.

Que a fuerza de borbotones; debilita,

ahueca espacios al dejar vacíos.

Besa el acierto de la determinación,

pero, queda sumido en la derrota

cuando trata -tan sólo- de huir, buscando refugio.

Un rincón, de templados silencios,

de bocas quietas y de rumores deshechos.

 

 

318-omu G.S. (Bcn-2012)