Música para el porvenir

Oscar Perez

Música para el porvenir

 

Si vamos a morir que sea pronto,

es decir vistámonos para la fiesta,

tú de arlequín, yo de cachetes colorados

y el monseñor de mosca bailarina y breve.

Que salgan ya desnudos los soldados,

así a las mozas preñarán más rápido que en guerra,

que vuelvan del olvido los gorriones,

las carretelas, el barro, los telares,

que baile aquel ministro con su tumba,

 a ver quién cae en esa fosa que nos cava,

que venga el porvenir de aletas negras,

aquí lo pintaremos de alegría,

aquí lo rifaremos a pedazos,

a mordiscos entre todos los abyectos

que sueñan girasoles cuando es la tierra la que gira,

que sueñan con amores cuando es el odio quien nos mata,

que resucitan aunque no haga falta en melodiosos contrabandos

de oro, de besos, de embarazadas sin marido.

Les digo la verdad: no muere nadie,

todo es un largo espermio que se junta con la luna,

todo una misma estrella de mil rayos amarillos

y un espejo en que el rostro sólo cambia de fragmento.

Les digo más: ya estamos dentro de la tumba,

pero ni así se acaba el acto, la sonrisa,

ni así podrá la calva hacernos dar otro mal paso.

La vida, mis señores, no fue elección ni se equivoca,

pues nos perfuma como el mar con su camisa transparente,

pues nos persigue como el sol con su carruaje de aerolitos

y no pregunta qué color tuvo tu padre o en que iglesia

tu madre te dio a luz, o tu hermana a sus cien hijos.

Entonces vamos a morir, hasta la abeja bien lo sabe,

¿y acaso es un lamento su zumbido entre las flores,

y acaso son las flores un lamento entre las piedras,

y acaso son las piedras el final de todo el viento?

Vamos pues ya, que aquella mesa está servida,

por ti, por mi, por todos los con hambre,

comienzan a aplaudir los que comprenden el banquete,

es decir nuestros difuntos van con nosotros al encuentro.

Mañana les dirán a nuestros niños que no fuimos,

pero ellos ya sabrán cómo burlar a sus maestros,

ese de allí, ese eras tú cuando bailabas,

este soy yo y te digo que te espero con la orquesta.

 

10 05 12

  • Autor: Óscar Pérez (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 12 de mayo de 2012 a las 11:04
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 59
  • Usuario favorito de este poema: elvira olivares.
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Comentarios1

  • elvira olivares

    Te digo que he leído varias veces este poema, interpreto que hay una mesa servida para todos y que habrá alegría y será la vida eterna quién la ocasione.
    Escribes de una manera particular y atrapante, me ha gustado mucho leer este mensaje que nos llena de esperanzas y coincido contigo que
    la muerte es signo de vida plena y ocasión de felicidad completa.
    No ha de ser la muerte quién mate la vida.
    Un gran cariño y mi admiración.

    • Oscar Perez

      Gracias, Elvira, como tú dices, hay una continuidad de la vida y la muerte, un paso que no vemos y que no es oscuro, por lo que vale en ambas puntas jugársela por amar y ser felices. Un abrazo, Óscar.-



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