JORGE

RICARDO ALVAREZ

 

Ahora Jorge vuela

en cuatro alas de mágica mariposa.

En un corcel dorado,

hecho de espigas libres y soleadas,

vuelve su propia voz

subiendo el arco eólico del vástago,

en la altura conquista

el aire de las aves y

son sus alas en mi cielo sin borrascosa

deletrea sílabas propias

que mi verso atrapa de memoria y

como hiedra afable se enreda en mi verbo

sin época

hasta el feliz hartazgo.

 

Giran en círculos aspas de molino

cuando murmura con la tempestad del vino,

asciende su fuerte aliento de rama ornada,

rompe su peñón de vidrio y

amanece en un trébol afortunado de hojas.

En sus manos teje un forestal tupido,

creciendo con sus ondinas boscosas

refrescando la piel suave del hollejo.

Yo te veo amigo,

con los mismos ojos inclaudicables

con que hoy reviso el papel.

Con la afable mirada contemplativa

conque tus manos saludaban el ayer en pergamino.

Manos estremecidas de canto vívido

manejando la hoja nevada del cerezo nipón florecido.

Te he visto mas allá de la gama del arco iris,

en la anatomía de tus alas reflejando ultravioleta.

resbalando en carne y hueso tu arte de patineta.

Te vi saltar los alambres de la pradera obsoleta

y tras el vitraux de tus ojos merecidos 

con dos pupilas de niña embelesarte.

Te he visto soplar un papel y

armar la sonrisa de un payaso erguido.

Mover tus pies de ozono por la baldosa,

hallarte tras el dorso de todas las cosas

reflejando del ocaso lumen al límite florecido

en tus sueños emplumados seguías levitando.

Ahora jorge, amigo,

sigue volando en la espira de un carrusel divino

porque del suelo en que tus piernas han partido

dobló la tierra sus pies torcidos y

en tu mundo de riqueza estacionada en latido

con hombros de alerón abierto ibas rasando

tu vuelo de querubín con oxigenado respiro...

Llevabas tanto aire tras las rayas del tigre sumergido

que en tu espalda de destino

que volvías de las rejas con locura y desatino

a enriquecer los copos nevados de las nubes.

Con la gracia ágil de un saltimbanqui y

la prestidigitación de un mago te vi refrescarte

en los peldaños mojados de la escalera de la muerte.

Hacer de un charco un azul estanque

y en la vía Apia de las turquesas

suspirar ellas por tus desvelos

 

Hasta luego amigo...

Mientras té ausentes

he de satinar tus trofeos de orbe mimado.

Con un calidoscopio admirar tu interno planeta.

rico en jugos preservados para un niño.

¡Te digo amigo!

Que  entre las horas predilectas de mis recuerdos

tú ocupas el trono de la conquista,

 

En un rato nomás Jorge,

en los cristales rayados por la brisa

veré tus salientes manos en las aristas...

En el jardín otoñal de los verbos,

el verso vivo respirando

música y vibraciones/

 

 

 

 

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Comentarios1

  • El Hombre de la Rosa

    BELLA Y HERMOSA PROSA LITERARIA CON RITMO Y CLASE POETICA DEL VERSO
    SALUDOS

    • RICARDO ALVAREZ

      muy agradecido poeta. mis saludos. ricardo.



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