EL ESCOBITA

fernandocardonakaro


AVISO DE AUSENCIA DE fernandocardonakaro
Cuando muera

EL ESCOBITA

 

(Hombre que barre y asea las calles)

 

Todos los días pasa barriendo

Con grande escoba, calles y andenes,

Siempre va alegre y en su carrito 

Echa envolturas, hojas, papeles,

Y todo aquello que no es bonito

Para la vista de quien va y viene.

 

Pero además el toca las puertas

Y un “buenos días”, con rostro alegre,

Le da a quien abre, y alegre pide:

-     En esta bolsa deje la rabia,

Y su mal genio y su pesimismo,

Para que vea que la vida es bella

Si la vivimos con optimismo.

 

-     En esta deje usted que la envidia,

Y la avaricia y el egoísmo,

Ya no sean parte de su existencia,

Para que sienta que compartiendo

Se tranquiliza nuestra conciencia.

-     Écheme aquí también la pereza,

Junto al desorden y la desidia,

Pues estas juntas,  a la pobreza

De prisa llevan a la familia.

 

-     Vengan la gula y la lujuria,

En esta bolsa caben también,

Ellas te enferman y a la penuria

Pueden llevarte, pues no hacen bien.

 

-     Deme la ira, se la recibo,

Y no la vuelva a llevar consigo,

Pues es camino hacia las tragedias,

Ella te puede hacer asesino,

Fácil te saca del buen camino,

Déjala y ármate de paciencia.

 

-     A tu soberbia que te hace ufano

Y a todos te hace ver como enanos

Y sentir te hace mejor que todos,

Vamos a hundirla bien entre el lodo

Y aprenderemos que aun entre lobos

Hay humildad para bien de todos.

Y así este hombre que barre y barre

Quiere llevarse lejos, muy lejos,

Todas las taras que menoscaban

La buena imagen de los vecinos,

Para que todos, libres de taras,

Seamos gentes de mentes sanas.

 

Qué bueno fuera sacar barriendo

Con escobitas de diligencia

Y de paciencia y de voluntad,

Todos los lastres que el alma tiene

Con los que a veces tanto se hiere

A quien amamos, y en un carrito 

Como basuras, hojas, papeles,

Llevarlos lejos y hacer bonito

El compartir con quienes nos quieren

 

COMPAÑERA TERESA

 

Detuvieron tus pasos compañera teresa,

Apagaron tus ojos, acallaron tu voz,

Nos quitaron de golpe tu querida presencia,

Y nos dejaron débiles sin tu alegre tesón.

 

Pero tus huellas, Tere, nos inyectan la fuerza

Para abrazar, a ultranza, la cruz de tu pasión:

Ayudarle al caído con la clara certeza

De servir con la vida y morir por amor.

 

Y contra la tiniebla que nos dejo tu muerte

Nos queda el tenebrario de tu alma  que es la luz:

La luz de la justicia, de la bondad perenne,

La luz eterna y pura de tu guía: Jesús.

 

Y no por el silencio de tus labios inertes

Se quedaran calladas tu verdad y virtud

Ya verás cómo llegan de todas partes gentes

A tomar tus banderas y a cargar con tu cruz

 

 fernandocardonakaro

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Comentarios1

  • El Hombre de la Rosa

    UNA HERMOS POESÍA EN HONOR AL BARRENDERO QUE ASEA NUESTRAS CALLES.
    SALUDOS



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