NATO, SIN MÁS QUE UNA SIMPLE INTUICIÓN

 Yo. . . no escucho el tintineo de la moneda

aquella que se desgasta con la tristeza

aquella que se vuelve pasta entre los dientes

aquella que se cobija bajo amparo del robot académico.

 

Yo. . . domestico el parlante simple, desabrido, ingenuo

que sale de la caligrafía llorosa de los trigales

de los himnos de la corteza callosa

 savia cuando brota de la lengua.

 

Yo, encuentro “La Voz…México” entre la somnolienta migaja de las calles

 duelo atesorado oculto entre la gente

 llevando las vainas el fresco hormigueo del verso, el canto y la prosa.

 

Aquel que pide la idea del milagro ante el mudo asombro del pensamiento

aquel incesante eco de la quietud fértil

 húmeda cáscara en el tragaluz polvoriento de la semilla tímida, ovípara  

ahí esta la poesía en los trazos lentos ante un dibujante festivo

ante la brisa leve de la escritura

sin más

           sin más

que una simple intuición

                           copioso

                                  abundante y fecundo.

 

¡Oh! pobre de aquel retrógrada  que se vuelve  masa grasienta de su propio yo

egoísta, vanidoso y capitalista  

con un retazo trivial insípido, el monótono zumbido con la letra

 guijarro saltarín que hace mofa entre las piedras comediantes.

 

¡Ah! hermosa cutícula del texto

que se debate en la belleza mortífero del halago con su fórmula métrica

a palo seco que se  infecta con larvas de añejo aliento

nato, sensible y sin reflectores

ahí va mi lápiz en la ruta acústica con su poro imperfecto.

 

Sentado en el palco prematuro de los arrogantes

el dolor oxidado de los intelectuales sarcásticos

es incoloro el misil de la metáfora donde la imagen y la figura

es péndulo del arquitecto con su trámite habitual, indigente.

 

 Piso la oficina de los pensadores

los caza-recompensas financiero y hermafroditas

engarrotado con la hemorragia de los oídos

válvula o peón de ajedrez

cuando el lenguaje se vuelve lacio, gaseoso y comercial.

 

                                                                              Bernardo Cortés Vicencio 

                                                                               Papantla, Ver.