REMIENDO TU ABANDONO

bernardo cortes vicencio

 

En el espejo antiguo de mi madre

     recogí los vidrios

             diminuta migaja

                 trasfondo inválido de su figura.

 

He mirado los años:

Franja de aire: atuendo de lana mate que  me dejó su huella

en la mejilla cuando el invierno brusco  disecó  mi sombra.

 

Aliento a barro

raíz de un hilo en que disipé la bufanda

el bordado  pectoral que me dio su regazo.

 

Cosiendo barquitos de madera

en el circo de un papel de sus manos

me dibujó la vasija rota de la madrugada.

 

        Como  gaviota en balsa me hundió  su rechazo.

 

Existo en ese ademán de plástico rímel

el esmalte de la mosca sobre una lata vieja

 la cicatriz mira la frase al final de tu sonrisa

el porte frio en que se mueve el rincón

                                                           disfraz de tu gesto.

 

Del alba era un caballito blanco

cometa en la costa alegre de los juegos

dragón de azufre y caramelos: aburrimiento  transfigurado de la tv

almidonando las caricaturas de Hanna-Barbera 

mirando la chapa con la brújula en la ventana

supe que era un maleante, un desfile con planetas  de cuero.

 

 La animada intención de un beso

         que me instaló en tu voz solvente

de un liquido en la cara burbujeaba la historieta

el cómic pirotécnico de Memín Pinguin

con el chicle pegado en la ampolleta del  reloj 

                                                       (intuí tu presencia)

con el vinil rojo y el pelo teñido de aquel maniquí en el sofá.

 

Lloro en el inmóvil lecho de tus manos

      pigmento de yeso y pastel   añadido puntal de tus dedos

me encogí en tus frases al hedor del murciélago.

 

Me sacude el estallido

 la pregunta  que se quedó en la costra

al acento del cerrojo cuando movías la cuna.

 

 Incrédulas necesidades que se doblaron dormidas

 aparente  abundancia ciega bajo tu sombra

una fábula metálica de un pez en la cama 

 despedazadas llenaron tu nombre

                                                 aquí en mi lengua.

 

Garabato que apunté en todas partes

en el escaso cántaro  que mis labios abreviaron.

 

He remendado tus caricias

      que se disuelven indoloras

         en el vaho angosto del eco

                                        vano instinto sobre el viento.

                                                (Región… donde apagué  tu ausencia).

 

Bernardo Cortés Vicencio 

Papantla, Ver.

 

Llevate gratis una Antología Poética ↓

Recibe el ebook en segundos 50 poemas de 50 poetas distintos


Comentarios2



Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.