EL REY

--------------

 Su tierra guardo el destello de un misterioso adagio, pintando en marcos oscuros dos mundos extraños que por siglo se ignoraron. Condado de condados elegido por los dioses para ser el punto de referencia, allí nacería aquel legendario rey. Reinado de cien años sin vientos huracanados, ni tormentas este diminuto rey no era noticia, era dueño del tiempo que hoy por hoy sigue avanzando, detenía y seguía todo a su gusto. Y así este lo tenía todo, era dueño del trono y sus riquezas espeluznantes, lo eran tanto que provocaban demencia a cualquier humano común.

 

 E de ahí que el tiempo fue pasando y la soledad demacrando el rostro de su alteza no tenía ni reina ni compañera, injusto mundo del pobre rico.

 

 Decidió emprender la búsqueda  se dirigió al monte del zenit esperando encontrar allí una doncella digna de festín. Una dama que estuviera con él para morir contento como tantos reyes que le siguieron.

 

 Y no… no la encontró en el pueblo. Tomo un minuto y pensó en silencio si la razón de ser de él era el dinero y el tiempo, aguardó en penumbra un par de horas y siguió su camino de nuevo.

 

En busca de su alma gemela el bello y digno consuelo, su media naranja su complemento.

 

 La siguiente montaña llamada zebro era una fantasía hecha realidad hermosas pendientes y ricas calles para pasear. Y allí sí que menos la pudo encontrar, todas buscaban su dinero su poder.

 

 Cansado cayó en su enorme cama muriendo interiormente por sus pesadas cargas, nada tenía gracia por la vida de aquel pobre hombre que con toda la riqueza y el tiempo del mundo  no logro conquistar un corazón noble. De allí que despertó en medio de la noche en busca de no sé qué.  Desesperado preguntando por su bella reina, en ese instante alguien toco su puerta

 

Una curvatura sexy y perfecta se vio entre sombras, tomo sus manos y poso un suave beso en ellas Y le invito a un sitio totalmente desconocido.

 

Al llegar la impresión del rey fue gigante estaban sus padres fallecidos hacia siglos, estaban sus amigos de infancia, sus mascotas,  sus dioses. Allí estaba con el goce y formando un corazón nuevo, con la esperanza puesta en que encontró la dama perfecta que le ayudaría a ser feliz.

 

 Le invitó un trago afuera y le dijo:

 

 “mira que soy dueño de todo el dinero que el mundo tiene

 

Mi tiempo es el tiempo que tú manejas

 

Cuando yo quiera todo se detiene

 

Cuando yo quiera todo avanza

 

Todo lo que tengo te lo cambio por tu amor eterno

 

Y si lo haces juro puedo morir contento”

 

Ella miro tiernamente su rostro viejo y le abrazo con fuerza sin decir palabra alguna partió del sitio sin ninguna respuesta. Y allí quedó el rey hecho un interrogante.

 

 ¿Qué sería de él sino aceptaba su propuesta?

 

Nada absolutamente nada valdría la pena, se levanto de la cama y pensó, hare algo para remediar el problema insistiré hasta que me confiera su amor, de otra manera no vale la pena seguir viviendo.

 

Y así fue que de nuevo el rey se durmió. Volvió por segunda y ultima vez con ella Y desde aquel día no despierta, Todos se preguntan por el reino Todos se preguntan que tenía en los sueños, nadie sabe que se encontró en su mente de viejo. Lo único que se sabe es que murió con una sonrisa de oreja a oreja.

 

 


Llevate gratis una Antología Poética ↓

Recibe el ebook en segundos 50 poemas de 50 poetas distintos




Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.