Credo

omu


Consta mi vida de un credo
compuesto de llanos extensos,
de mares cristalinos y corales
y oxigenados cerros.
Consta de millares de creos,
desiste de a unipolares asirse,
baraja la multiplicidad que hay esparcida
y el entendimiento que estriba
en el dialogo pausado,
es el contraste de sinceros y fieles argumentos.


Creo en el animal instintivo,
en la incognita que encierra toda afirmación.
Creo en dubitativos,
y, en el decir de la negación.
Mi credo es atrevido y osado supone,
y es tan imaginativo...que le faltan palabras.


Para hallarlo dejé la superficialidad de cuestiones,
quedando hilado ningún asunto que relentice mi paso,
que sople sobre las huellas,
que retuviera el aire de mis pulmones,
que infinitamente aleje la meta
alargando con chicle las distancias.
Mi credo es tamborilero,
mis creos alimentan bombeo,
circulan por carriles señalizados
con la adecuada vigencia que endereza;
es complice de la esperanza.


En mi credo no penetra el sopor del tiempo;
sus arenas finas sólo inundan un rincón de mi playa.
Él es: indestructible,
inmortal, invencible;
al ser maleable y no usar tenazas.
Mi credo se siente indispuesto si le dijeras vaya;
vaya tras de los espinos,
tras las lunas o cruces dispuestas
en el encierro; entre alambradas.
Mi credo abarca el total de los espacios,
en algunos se queda, los retiene, reposa,
confiando los ata en su alforja,
y por valiosos los guarda.
Mientras que a otros, a los cuales se asoma,
por estáticos los repudia, son dopaje anestésico.
Mi credo los visiona, siente y hasta comprende
pero para su futuro los rechaza, se desentiende,
los omite percibiendo la inmovilidad, el letargo,
la hibenación caduca, la caries que mella;
por ser espacios dejados del brio
de tanta vida que espera y queda.


Soy la simpleza de una creencia,
soy un creo en mi credo.
Y así mecido en la tolerancia,
la que mima al respeto
y acoje alternancias,
de mi credo desaparecen,
de su espuma, burbujas vacuas,
y al destructivo individuo lo aleja y deja
en la inoperancia.
Y hasta al fervor nocivo
que arrastra violencia de masas
lo inutiliza perdiendo, desentendido
de la satisfacción que se avista y atisba
al conseguir poder,
o al vencer tras una ferrea batalla.


Mi credo se detiene ante el abrazo amigo,
ante el beso que ama,
ante la disculpa y el perdón
y le da de lado
al orgullo y la arrogancia.
Mi credo le escupe al rencor
para que resbale y se vaya;
y prestándole la paz a un pozo perezoso,
al odio sumerje y ahoga,
mudo lo torna, mi credo lo calla.
Él, exilia al egoísmo con los blandos,
algodonados flecos de su cepillo,
y mutila la posición de los verbos que causan el malestar,
que alimentan la desesperanza.


Creo en mi credo porque no me impone rezo,
dicta bajo el mando de la libertad a mi inmadura infancia.
Cree mi credo, en el amoroso y coherente subterfugio
dispuesto en la amplitud del silencio,
y en la compañia de la soledad
porque proteje tantas veces su espalda,
y como pareja de baile sigue tan bien la sombra de su compás,
que lo agarra fuerte, y contando perfecta los pasos,
revitalizando le acompaña.


Creo en el dialogo entre la sal de la mar y la gaviota que grazna.
Creo en la fertil utilidad
de una gota de lluvia, balanceándose,
sobre una flor que recita,
sobre la flor que escucha su música
y solícita habla.
Mi credo se desentiende
de la suposición que enrosca:
serpiente y manzana.
La que sentencia a las llamas del infierno,
o igualmente, santifica a la humana pisada.
Es mi credo el que aúna a todos llenando santorales.
Él se confiesa pecador de pecadores por tener alguna vez
diablescas suspicacias.
Él sabe sobre la autoria de una suerte incierta;
de la polivalencia
con que va la vida equipada.


Creo; por mi credo creo.
En el sol y las nubes,
en el manantial saludable que es capaz de fluir
desde cualquier alma.
Creo en la similitud
y en los seres iguales;
y en que las diferencias al jugar la partida...
siempre quedan en tablas.
Creo en el aprecio y querer altruísta del padre,
en la santa leche de la madre,
creo que, es poderoso el desinterés,
da riquezas y abate guadañas.


Quiero hoy mismo,
que desde el mango hasta el filo,
enterrar la madera y metal,
actos equivalentes a atrocidad,
por completo, el total de mi hacha.



318-omu G.S. (BCN-2012)

  • Autor: omu (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 2 de marzo de 2012 a las 17:43
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 69
  • Usuarios favoritos de este poema: Rocío V-P., la negra rodriguez.
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Comentarios1

  • la negra rodriguez

    Es un credo que deja una constancia social y hum,ana, muy bello.
    besos.

    • omu

      Valga la satisfacción de ver y sentir a los demás seres que hay alrededor, placidamente disfrutando de la vida sin tener que sorber la contminación en sus aguas.
      mi aprecio tienes amiga.



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