AGUASANGRE

fernandocardonakaro


AVISO DE AUSENCIA DE fernandocardonakaro
Cuando muera
AGUASANGRE Una tarde de agosto se encontraron. Su encuentro ya estaba planeado por el destino. Sus miradas se cruzaron, sus manos se confundieron en un apretón firme y efusivo. Sus cuerpos se juntaron en un abrazo corto y muy fuerte que los hizo estremecerse. Sus mejillas se rozaron en un contacto cálido. Luego se miraron de frente mientras reían y sus miradas se exploraban mutuamente. - A donde iremos?. preguntó el. - Subamos al tren. Dijo ella. En el tren y luego en autobús viajaron hasta la casa de ella. - Entra, invito ella, tras abrir la puerta, y agregó - Como ves, esta es mi casita, y está casi vacía, porque vivo sola. -Vivías sola, porque desde hoy seré parte de esta casa y de tu vida, si me lo permites. Espetó el, directo y contundente.Ella quedó sin palabras y solo atinó a invitarlo a entrar en su alcoba, y señalando la cama le dijo. - Siéntate ahí. El se sentó, recostando su espalda contra la pared y ella lo hizo apoyándose en la parte superior de la cama, quedando ambos muy cercanos entre si. Conversaron de todo un poco y en cada frase descubrían que en muchos aspectos de la vida tenían intereses comunes: el era poeta y ella amante de la poesía y el arte en general, los dos rechazaban la injusticia de las desigualdades sociales y ambos adolecían de soledad. Al calor de la conversación reían, se miraban cada vez mas a fondo y de pronto sus manos se encontraron unidas y sus rostros demasiado cercanos. Sucedió lo inevitable. Se fusionaron en un beso prolongado, hondo y en un intimo abrazo, del cual solo se soltaron para despojarse de sus ropas y dar rienda suelta a la pasión de sus cuerpos, ya incontenibles en el deseo de poseerse . Se amaron como pocas parejas saben hacerlo. Sus encuentros se hicieron frecuentes y entre largas y satisfactorias entregas sexuales y conversaciones mediante las cuales desnudaban sus almas, terminaron por comprometerse como compañeros, o pareja, hasta el final de sus días, quedando muy claro por parte de ella que jamás toleraría deslealtades. Habían transcurrido varios meses de su relación, sin que nada perturbara su armonía, pero una tarde cuando ella regreso de su labor, al abrir la puerta se da cuenta que ésta no enia todas las seguridades que acostumbraban colocarle para prevenir posibles robos. Abre, entra y nada anormal hay a la vista. Pero al avanzar escucha la voz de su compañero que hablaba y reía con alguien. Ella sube en silencio y escucha: - Si mi amor, ya todo esta decidido, prepara todo para mañana, porque a eso de las 10 pasare a recogerte. decía el por teléfono. - Si, si, ya el apartamento esta listo esperándonos. Todo esta preparado conforme a lo planeado. Mañana tendremos nuevo hogar. continuó diciendo el. Entonces ella empujo la puerta de la alcoba donde el estaba. Sorprendido, aun con el teléfono en la mano, la vio plantársele de frente, con la cabeza erguida, los ojos muy abiertos y chispeantes, el ceño fruncido y labios apretados De un empellón lo arrojó al piso y le grito: - Ah, con que te vas con otra. eso está por verse, pues bien claro te advertí cuando comenzamos esta relación que no soportaría deslealtades. y sabes que hijueputa?. A mi me vas a cumplir como sea, por las buenas o por las malas, porque no estoy pintada en la pared. No se quien ni como será la perra con quien te piensas ir de aquí, pero por muy mujer que se crea no será más persona ni más hembra que yo. Pero vaya, pruébela, compare y espere resultados, hijo de perra. Y abriendo la puerta le grita. - Fuera de aquí y espere su premio. El se fue en silencio. Ella se quedó. Esa noche no durmió. Al amanecer hizo una llamada. Se puso de acuerdo con alguien para encontrarse en algún sitio de la ciudad. Tomó un baño. Vistió ropa de calle y salió. Subió un taxi, dio una dirección al taxista y al cabo de media hora de rodar por la ciudad dejó el vehículo, entró a una cafetería. Buscó con la mirada y allí estaba el hombre con quien había hablado por teléfono hacia un rato. Se acercó a su mesa, pidió un café amargo, lo bebió y luego sacó de su bolso una billetera. Tomó algunos billetes de los más grandes y se los entregó al hombre. - Vamos?. pregunto ella - Vamos. Respondió el hombre. Salieron a la calle. Caminaron unos pocos minutos hasta un parqueadero. El hombre entró y rápido salió manejando una motocicleta de alto cilindraje. Freno junto a ella, la invitó a subir. Ella le entregó un papel con una dirección, y emprendieron veloz viaje, dejando atrás a cuanto vehículo alcanzaban en su loca carrera. Llegaron hasta una gran edificación con aspecto de fábrica. Allí trabajaba su compañero y faltaban pocos minutos para su llegada a iniciar su jornada laboral. Apeados de la moto, la cual no fue apagada, esperaron en silencio. Un colectivo se detuvo frente a la puerta de la fábrica. Varias personas, hombres y mujeres, lo dejaron y caminaron hacia la gran puerta. Ella le dice al motociclista. - Véalo bien, es el de la chaqueta café. ese es. no falle. - Listo patrona. ese hijueputa ya perdió. A grandes zancadas y con la mano derecha metida bajo su camisa, alcanzó al de la chaqueta café, la mano emergió portando una pistola y un par de balas atravesaron la cabeza del hombre quien cayó al suelo sin saber que pasaba. Ya en el piso le soltó el resto de la carga mórtal de la pistola y regresó a la moto, desde ella había visto todo con ojos aterrorizados. La moto se perdió por las calles con sus dos ocupantes. Como de costumbre, nadie vio nada. Ella regreso a su apartamento. Se desnudo. Llenó la bañera con agua caliente Marco un numero en su teléfono y dijo. - Vayan pronto a esta dirección y allí encontrarán a la persona que están buscando y entró en la bañera Varias patrullas policiales llegaron hasta la dirección por ella indicada. Tocaron a la puerta pero nadie abría. Uno de los policías se percata de Qué por debajo de la puerta salía agua . Entonces derribaron la puerta, y alli estaba ella, pálida, casi transparente, flotando en la tibia agua sangre Qué fluía de la bañera. Pegado en el espejo del baño, había un papel en el cual los policías leyeron. Yo maté al hombre de la fábrica Rrrriiiiiiinnnnnnggggggggggggggg Rrrriiiiiiinnnnnngggggggggggg Rrrriiiiiiinnnnnngggggggggggg Sonó el despertador. Ella se levantó sobresaltada, ve que su compañero aun duerme, pega sus labios a su mejilla y con voz nerviosa pregunta - como amaneciste? - Muy bien amor. Alegre de escucharte, verte y tenerte - Si mi amor?. Entonces levántate y vuela a trabajar para Qué puedas escucharme, verme y tenerme. Los dos rieron alegres - Ahh, y mucho cuidado al llegar a la fabrica, porque soñé Qué mataron a alguien allá . fernandocardonakaro.
  • Autor: fernandocardonakaro (Offline Offline)
  • Publicado: 26 de febrero de 2012 a las 23:16
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 32
Llevate gratis una Antología Poética ↓

Recibe el ebook en segundos 50 poemas de 50 poetas distintos Novedades semanales


Comentarios1

  • PoemasDeLaSu

    Fer!!!! bueníiiiisiiimo!!!
    No te había leído nunca este tipo de trabajo. Me encantó, y el final muy bueno, muy sutil, al mejor estilo de novela policial.
    Una maravilla!!
    Un abrazote inmenso querido amigo

    • fernandocardonakaro

      Que alegria saber de ti. Espero etes muy bien

      Gracias por leerme y valorar mi trabajo

      Abrazos



    Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.