¿Dónde está el sol?

JavierM

Iba yo por los Andes
Preso del gélido frío, súbitamente quemado
Era de noche y solo me acompañaba el cárdeno cielo con su luna escondida
Y no sentía tu sombra en la mía
Tan solo girándulas que me envolvían
Y no pisaba mi paso más que el camino ajado
Solo mis ojos, absorbidos por un halo fulminante
Cerraban y abrían pero solo mi corazón latía
Bajo el influjo de un respiro, almarada fogosa
Mas, ahora bebe mi cuerpo zumos eternos
Y al golpearme el rostro una extraña fruición
Tengo en mis manos de la flor los pétalos azucarados
Y estos consumen mi espíritu
Mientras camino por montañas recónditas
¿Dónde está, pues, el soberano de nuestro universo que hoy se cierne sobre mis mejillas?
Tal vez anunció su marcha en la mañana azarosa
Dejando sus postreros rayos, cual tus guedejas danzantes
¿Podré desvelar la senda que lleva al río turquí donde se ensalma tu figura candorosa?
No quisiera enrumbarme yo solo hasta allí
Llévame tú para calmar este respirar acezante
Yo encenderé las estrellas como aras diamantinas, mujer
Quiero hundirme junto a ti
Cíñeme a tu talle
Y que un clavel, fineza mía, calme nuestros cuerpos, consumidos, deseosos el uno del otro, tras mil romerías
Por favor… Permanezcamos cegados por este muelle encanto
Sin dar cabida en nuestras almas
A la horrible fusta negra
Sombra infernal de facinerosas bestias, en la niebla acechantes
Déjame caer exánime bajo esta deliciosa lluvia fragante
Yo, de mi parte, se que no tendré por cobijo cualquier polvareda agria
Ni beberá mi lengua abominables aguas irritantes
Solo quiero sentir el pecho atravesado
Por tan extraña ansia que el corazón derrama
Mas, desea mi humanidad librarse de las esquirlas lacerantes
Que me han sorprendido en la silenciosa negritud malvada
Pero estoy a salvo
Ahora ya no es el frío subyugante
Que la faz me empaña
Tan solo es un inefable ardor que la tez me desgarra
Si, ese que me ha poseído
Aquel que me lleva ante ti
¿Dónde estás, mujer?, pregunta mi aliento, desgañitándose
Parece que ha decidido abandonarme la llamarada estuosa
Y con ella la reina de los astros rutilantes
Déjame suspirar, encadenado a esta emoción poderosa
En este augusto instante
Mientras se entregan nuestras almas a un tibio efluvio de rosas
Y nuestros trémulos labios comienzan tiernamente a mimarse






















  • Autor: JavierM (Offline Offline)
  • Publicado: 19 de enero de 2012 a las 20:12
  • Comentario del autor sobre el poema: Soy de Venezuela.Este es un poema que escribí mientras viajaba a la región andina de mi país, y creo que me recuerda los escritos de Simon Bolivar que he leído y que evocan, además de la situación de las, para su momento, nuevas naciones latinoamericanas, los paisajes de los lugares que visitó. mas, además de esto obedece un llamado que hizo el gran humanista de américa, Andrés Bello de inspirarse en lo propio.
  • Categoría: Amor
  • Lecturas: 72
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