Arre, arre, caballo viejo

eledendo

 

 

 

 

 

 

 

… arre, arre, caballo viejo, tira, tira;

todavía eres caballo, y, aunque no lo sepas,

aún te queda por coronar la cima, acercarte al cielo y crear e incendiar la noche;

no, no te pares, y, aunque sea con esfuerzo, piafa,

tasca el freno y sube y trota para arriba;

anda, muévete;

 

… los hombres saben que cuando un caballo viejo fulge y vuela,

el mundo ha de romper sus formas y costuras porque ha de bullir implacable y vivo,

por lo que con inusitado anhelo, a esperarse empieza el implacable fuego

de una gran resurrección;

 

… viejo y querido cuerpo amigo, hemos cruzado caminos, veredas y mares imposibles;

hemos oído el gemir de una rosa y, en la oscuridad más íntima, ah, bien lo sabes,

nuestra desgracia ha sido honda y cruda por el tosco barrancal de la tristeza;

 

… acerca, pues, tu hachón de huesos y una vez más acordemos cómo resembrar la sombra

con estas pocas e insignificantes piedras blancas;

acércamelo, amigo, hazme este último favor,

acércate y vámonos.

 

 

 

 

… del libro “Todo es camino”

http://www.oriondepanthoseas.com

  • Autor: Orión de Panthoseas (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 3 de enero de 2012 a las 18:34
  • Categoría: Reflexión
  • Lecturas: 20
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