Gracias

Gracias por darme lo que nunca pensé recibir de ti. Gracias por callar tantas cosas, por ayudarme a guardar mis secretos. Gracias por las mentiras y por los silencios, con eso me sentí más viva más humana. Gracias por el daño, por los malos momentos, eso me impulso a no quedarme en el camino. Gracias por los abrazos y por esas manos que reconfortaban. Gracias por hacerme llorar y por debilitarme, con aquello aprendí que nadie es indispensable ni mucho menos eterno. Gracias por el tiempo que me diste y por el que no también. Gracias por tus duras palabras de enojo, y por tu mirada fulminante. Gracias por regalarme una parte de tu cuerpo, una parte de tu ser, y por quitármela también. Gracias por no ser lo que quería y por no ser lo que necesitaba. Gracias por callar mis lágrimas y por ahogar mis palabras. Gracias por hacerme creer que me suicidaba cuando en realidad tú me estabas matando. Gracias por tu insensibilidad y por tu falta de ternura. Gracias por las cosas que nunca me diste y por jamás escuchar lo que mi corazón te gritaba. Gracias por enamorarme, por hacerme tuya en tantas formas, momentos, lugares y tiempos. Gracias por compartir un pedazo de tu vida conmigo. Gracias por excluirme de tus planes. Gracias por las cosas que has inspirado en mi, por las cosas que me has hecho escribir. Gracias por devolverme el aliento tantas veces, por estar y atravesar expectante etapas duras de mi vida. Gracias por las cosas materiales que me has dado y por el vacio del alma que llenaste. Gracias por ser oscuridad y luz cuando te miraba. Gracias por no dejarme caer y gracias por preferir empujarme. Gracias por no preferirme a mí. Gracias por no aguantar mis celos. Gracias por callarme cuando debía lastimarte. Gracias por no irte cuando tu cuerpo se alejaba. Gracias por no abandonarme aunque yo solo tocaba tu sombra. Gracias por las risas y por mirarme a los ojos. Gracias por amarme. Gracias por transformarte conmigo en una sola alma. Gracias por cada aliento que derramaste sobre mi boca, por cada gota de sudor que compartieron nuestros cuerpos. Gracias por entrar en mi vida y desordenarla. Gracias por tocar mi piel y revivirla. Gracias por tus besos y gracias por darme tu cuerpo. Gracias por humillarme. Gracias por no defenderme y gracias por no respetarme. Gracias por hacerme odiarte y amarte con tanta intensidad. Gracias por leer esto, un pedazo de mi alma en un papel. Gracias por no ser corazón y equilibrar mi falta de cabeza. Gracias por no dejarme soñar y devolverme a la realidad. Gracias por no hablar de lo que sientes. Gracias por permitirme llamarte mío. Gracias por rendirte y por dejarme sola. Gracias por fallar en tus promesas. Gracias por ser tú. Gracias por llevarte todo de mí, y dejarme sola con mi cuerpo. Gracias por la paciencia. Gracias por criticar mi locura, tan perfectamente complementaria a la tuya. Gracias por amarme y odiarme con la misma intensidad que yo. Gracias por no sentir nada. Gracias por no sentir paz. ¡Gracias por no sentir nada!