CRISTAL ROTO

Tejedora de versos

Eran los 8: am, todo el personal estaba llegando a sus puestos que le correspondían, para empezar su labores en aquella gran empresa, ¡llego el jefe! ¡Llego el jefe! Se decían entre si todo el personal, parece que hoy no viene de buen humor, comento el que elaboraba en el área de almacenamiento.

En excepto era así, a duras penas si dio los buenos días, amazonas su secretaria y la vez su enamorada ya se hallaba en su oficina esperándole, al entrar ella lo recibió con una tierna sonrisa, y al mismo instante le entrego una bolsita de regalo color blanco, atada con una cinta rosada y azul.

¡Yo no estoy para niñerías de niña tonta! Grito, lleno de ira, lanzando al piso el obsequio que su novia le acaba de dar. Amazonas sin decir palabras se sentó frente a su escritorio a cumplir con su trabajo, unas cuantas lagrimas rodaban por sus mejillas, pasaron los dos ahí toda la mañana en un eterno silencio.

Al mediodía, el se fue solo almorzar y no la invito como de costumbre…ya después del almuerzo, el regreso su oficina, y al mirar que su chica no estaba ahí, le pregunto a los demás trabajadores:

¿Dónde está Amazonas? Y estos le respondieron

Ella está en el hospital

¡En el hospital! exclamo el jefe, como así que paso.

Cuando bajaba almorzar resbalo por las escaleras y el golpe que recibió le causo una fuerte hemorragia, y ha perdido el bebe que esperaba.

¿El bebe que bebe? Pregunto ya preocupado, y corriendo tan de prisa corrió a su oficina, agarro la bolsita que ella la había dado en la mañana y que aun permanecía en el piso, al abrirla vio que en su interior había un papel al abrirlo era una prueba de embarazo que decía positivo al reverso del papel ella había dibujado un corazón donde le escribió en grande TE AMAMOS.

Desconcertado y triste llego a la habitación donde la tenían a ella, le pidió perdón, le explico que su mal humor en la mañana es porque tenía problemas económicos con otras empresas, ella ni siquiera lo miraba sus lagrimas eran como lluvia que seguían cayendo por sus mejillas. El trato de abrazarla pero ella grito ¡Enfermera, enfermera!...esta llego ella le dijo: por favor quiero estar sola, puede decirle a este señor que salga de aquí, la enfermera le ordeno al novio de amazonas que se fuera.

Pasaron semanas después de ese lamentable accidente, y una mañana el entro a su oficina y vio sobre su escritorio una bolsita color gris atada con una cinta del mismo color, al abrirlo había un cristal roto, junto con una nota que decía, así dejaste mi corazón.

Apoyado en escritorio y apretando entre sus manos la bolsita se decía: ¡Que tonto fui! y rompió a llorar desconsoladamente.

FIN:

NOTA

A veces por cuestión de iras, por imprudentes o porque no nos importa los sentimientos los demás, si no más que los nuestros, causamos grandes heridas a las personas que nos aman, y amamos.

Tratemos de ser mejores personas cada día por el bienestar de los demás y de nosotros mismos, no nos dejemos llevar por aquellos sentimientos negativos que no hacen más que quitarnos muchas veces la felicidad que todo nos merecemos y quitarle la felicidad a las demás personas que también se lo merecen..

  • Autor: Vidita Bella (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 20 de diciembre de 2011 a las 11:39
  • Categoría: Reflexión
  • Lecturas: 20
  • Usuario favorito de este poema: ANMAR.
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Comentarios2

  • ANMAR

    Bellisima y profunda reflexion nos regalas para la vida en tus letras mi amiga Un gusto leerte Bendiciones siempre.

  • la negra rodriguez

    Me dejaste impactada y triste y un sentimiento de solidaridad para con ella, bella y triste historia.
    besos.



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