Triste sonrisa (prosa)

Eric Lenin Camejo Ocaña


 


 

 

Es de noche, me asomo a la ventana, veo el cielo obscuro,

 Nebuloso... como acongojado,

Y veo a la luna, esta menguando, se dibuja en el cielo con una sonrisa,

 Pero no con una sonrisa de saludo, tampoco como una sonrisa de alegría, más bien como una sonrisa sarcástica, una sonrisa irónica, una sonrisa como  de resignación,

Siento muy dentro de mí como si ella se riera de nosotros, de la humanidad,

Y se ríe también de su destino,

Y es que ella, estaba ahí antes que nosotros,

Ella conoció al hombre, desde sus inicios,

Y en ese entonces era una luna de alegría

Ella nos vio como habitantes de las cavernas

Como un cromañón, como un Neanderthal

Ella vio como el hombre poco a poco, fue levantando su espalda hasta quedar erguido,

Vio como el hombre comenzaba a manipular los materiales con los que contaba,

Y ella reía, ya que en aquel entonces era una luna joven, y como todos los jóvenes, era alegre y llena de confianza,

Pero su sonrisa comenzó a borrarse, cuando vio que el hombre, antes de comenzar a fabricar herramientas, comenzó a fabricar armas,

Y era la edad media, época en que los caballeros le cantaban odas,

Y había momentos en que ella estaba un poco triste, pero la mayor parte del tiempo reía, pues pensaba tenía un futuro promisorio,

Después conoció el renacimiento, y aun reía

Después la revolución industrial, y todavía tenía motivos para reírse,

Y tiempo después llego el inigualable siglo xx,

Siglo de progreso, de inventos, de tecnología,

Fue en ese siglo cuando ella conoció al hombre de cerca, muy de cerca,

 Ya que fue visitada por él,

Y la visita no le agrado,

Ya que descubrió en él una faceta desconocida, faceta que de lejos no alcanzaba a percibir,

Vio el lado obscuro del hombre, conoció el lado que será su perdición,

El de depredador, el de asesino de especies, el de destructor de ecosistemas,

El de fratricida, ¿será? se pregunto ella, que lo lleva en los genes

Como herencia del hijo, de aquel que fue considerado, el primer hombre en la tierra, que el hombre mate al hombre aun sin motivos,

¿Será que el hombre aun no ha evolucionado lo suficiente, como para qué pueda desarrollar al igual que los animales el instinto de supervivencia?

Para que de ese modo, si no puede de manera razonada, conservar el equilibrio del lugar donde habita, lo haga tan solo por instinto,

Pero no, aun le falta un poquito, que en tiempo real, serán siglos, para que pueda ser tan listo como un animal,

Mas quien trata de aprender cómo controlar el fuego, cuando ya su casa está ardiendo, no podrá aprender a tiempo,

La luna lo sabe y por eso la sonrisa de tristeza,

Y comprendió la luna después de ver de cerca al hombre, el porqué cada vez desde la distancia, se ven menos bosques, menos lagos, menos especies, y cada vez se ven más, pero mucho más tierras áridas, tan áridas, que a veces la luna piensa que es ella reflejada en un gran espejo,

La luna sonríe entonces, como ahora, de manera triste, muy triste, porque sabe que su destino es inevitable,

Sabe que cuando el hombre, haya destruido al planeta tierra, saldrá al espacio, en un desesperado afán, por buscar un nuevo hogar, y eso sería lo de menos, si no fuera porque entonces, tendrá como paso obligatorio la luna y ella sabe que cuando eso suceda, será al igual que como le sucedió a la tierra, el principio de su fin.

                                              Eric Lenin Camejo Ocaña

 

 

 

 

  • Autor: Eric Lenin Camejo Ocaña (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 29 de octubre de 2011 a las 23:58
  • Categoría: Naturaleza
  • Lecturas: 403
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